Autorretratos creativos
Una muestra sobre fotografía conceptual en la Colombia de los setenta y ochenta aporta frescura y lucidez al género
Autorretrato disfrazado de artista es el título de una compacta y representativa aproximación a la práctica de la fotografía conceptual en Colombia durante los años setenta y ochenta, a través del trabajo de 11 artistas. También es el título de una de las obras de Camilo Lleras, el autor mejor representado con una docena de piezas, junto al que destacan los nombres de Jaime Ardila, Álvaro Barrios, Antonio Inginio Caro, Miguel Ángel Rojas, Jorge Ortiz o Manolo Vellojín, todos ellos con excelentes propuestas. La muestra cumple un doble objetivo: profundiza, lógicamente, en el conocimiento del arte conceptual en Colombia, pero además permite ahondar específicamente en el análisis de la evolución local del medio fotográfico en un momento de radical transformación.
Aparecen en la exposición la mayor parte de los elementos que caracterizan el giro hacia la fotografía en el arte a partir de los años sesenta, del mismo modo que se pueden rastrear e intuir las consecuencias de dicho giro en las propias prácticas fotográficas: la relación entre texto e imagen, el cuestionamiento de la autoría y la originalidad de la obra de arte, la escenificación y la teatralización del proceso creativo, la reflexión sobre la representación, la autoironía y la parodia, el uso de la serie y de la secuencia, la permeabilidad entre el por art y el arte conceptual, o la performance y el uso de la fotografía como herramienta de documentación.
La relación entre texto e imagen está presente en la mayor parte de las obras, especialmente a través del uso ambivalente, dialéctico o reiterativo del pie de foto. El trabajo de Camilo Lleras muestra una atención especial hacia los procesos perceptivos y el propio acto de mirar, así como hacia la autorrepresentación irónica. Abundan las referencias a Warhol y Duchamp, especialmente en Camilo Lleras y Álvaro Barrios. Miguel Ángel Rojas y Antonio Inginio Caro desarrollan propuestas críticas de gran interés sobre cuestiones de género y religión.
Destaca también el uso de la Polaroid por parte de Manolo Vellojín y la reflexión sobre el paisaje, muy atenta a consideraciones espacio-temporales, que lleva a cabo Jorge Ortiz. Además de una gran calidad, y de mantener en el tiempo una enorme frescura y lucidez, estas obras nos ofrecen también una reflexión sobre el modo en que las historias de la fotografía obvian, con demasiada frecuencia y facilidad, el papel y las aportaciones del conceptualismo. •
Autorretrato disfrazado de artista. Arte conceptual y fotografía en Colombia. Instituto Cervantes. Alcalá, 49. Madrid. Hasta el 22 de marzo.
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