Confiscada una pintura atribuida a ‘leonardo’ en una caja de Suiza
El retrato de Isabel de Este, valorado en 120 millones de euros llevaba siglos desaparecido
Los misterios, en Italia, nunca viajan solos. No hace ni dos años, en octubre de 2013, el profesor Carlo Pedretti, máxima autoridad en la obra de Leonardo da Vinci, aseguró que había sido encontrado en el búnker de una adinerada familia suiza un retrato a color de Isabel de Este que no solo pertenecía sin lugar a dudas al genio florentino del Renacimiento, sino que era una réplica casi exacta del carboncillo realizado en 1500 que se conserva en el Museo del Louvre. Ante las pruebas de que el cuadro había sido exportado de forma clandestina a Suiza desde de Italia, la fiscalía de Pesaro pidió su incautación a la policía helvética, pero cuando ésta llegó a la mansión donde el profesor Pedretti lo había examinado, el óleo había vuelto a desaparecer. Solo ahora, y justo antes de que el lienzo fuese vendido por 120 millones de euros, agentes italianos de la Guardia di Finanza y de los Carabinieri han logrado rescatarlo de la caja fuerte de un banco suizo.
Dentro de unos días, según adelantó el fiscal de Pesaro, Manfredi Palumbo, la obra atribuida a Leonardo volverá a Italia, y a partir de entonces se tratarán de aclarar uno por uno todos los misterios. El primero es si el óleo sobre tela, al parecer realizado entre los años 1513 y 1516, con una medida de 61 centímetros de largo y 46,5 de ancho, y que representa a Isabel de Este, esposa del marqués Francisco II Gonzaga, pertenece efectivamente a Da Vinci. Según el profesor Pedretti, no hay duda, pero –como suele suceder en estos casos—también hay quien no lo tiene tan claro. Lo que sí se da por seguro es que el carboncillo que se conserva en el Louvre fue pintado en 1500, durante la breve estancia de Leonardo en Padua después de que los franceses invadieran Milán en diciembre de 1499. El óleo habría sido pintado unos 15 años después debido a la insistencia de Isabel de Este, que aparece de perfil, tocada con una corona dorada y con una hoja de palma en la mano a modo de cetro, motivos iconográficos inspirados en Santa Catalina de Siena.
El segundo misterio es qué sucedió desde que el profesor Pedretti dio la buena nueva en octubre de 2013 y la reciente operación policial. Al parecer, según el fiscal de Pesaro, el cuadro fue sacado “a toda prisa” de Suiza, llevado a Italia y, cuando los supuestos traficantes de obras de arte creían que las aguas se habían calmado, enviado otra vez a la caja fuerte de un banco suizo. El fiscal Palumbo está convencido de que el supuesto Leonardo estaba en manos de una red muy poderosa de exportación de obras de arte: “Estamos investigando a decenas de personas por asociación criminal”.
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