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Crímenes en familia

'La mujer de un solo hombre', de A.S.A. Harrison, trata de amores conyugales e ilícitos, pero no habla de amor

Es una buena intriga criminal La mujer de un solo hombre (The Silent Wife, 2013), primera y última novela de la canadiense A.S.A. Harrison (1948-2013), autora en otro tiempo de investigaciones sobre el orgasmo femenino y el arte del striptease. Trata de amores conyugales e ilícitos, pero no habla de amor: las relaciones íntimas se desarrollan como un problema clínico. La psicoterapeuta Jodi Brett lleva veinte años de feliz vida matrimonial con el constructor Todd Gilbert, aunque no se hayan casado porque Jodi no ha querido. Cuando lo conocemos, en la época de Nirvana y su disco Nevermind (1991), Todd está rehaciendo un caserón del siglo XIX. Veinte años más tarde, en Chicago, se dedica a remodelar a su mujer: "Bastarán unos meses para que se convierta en una asesina".

Dividida en capítulos alternos dedicados a Ellay a Él, La mujer de un solo hombre cuenta un asesinato anunciado. Si desde el principio parece contestada la cuestión básica (¿quién será el asesino?), queda el misterio de cómo encontrar la oportunidad y el modo de perpetrar el crimen. El juego se reparte entre la esposa leal, enamorada de la estabilidad sin complicaciones, y el marido infiel y encantador, un tramposo. "Ella sabe que la engaña, y él sabe que ella lo sabe”. Él viene de familia católica y caótica, hijo de un borracho agresivo. Ella aprendió silencio en la casa ejemplar de sus padres, que podían pasarse meses sin dirigirse la palabra, y en las tinieblas del dormitorio de los niños. “Lo importante es la fachada, la ilusión de que todo va bien".

Entonces Todd rejuvenece monstruosamente: pierde la razón por la hija de su mejor amigo, una estudiante de veinte años a la que vio nacer y con la que se verá abocado a una boda de emergencia. Jodi, la callada esposa que ni siquiera es la esposa, se quedará sin nada. Pero, si en las viejas películas en blanco y negro una apasionada pareja de amantes mataba al marido para beneficiarse del testamento y vivir su amor loco, aquí la esposa quiere matar para seguir su juiciosa vida de clase media. A pesar de que la tensión, el ansia de saber qué ocurrirá al pasar la página, hace más perceptible la premiosidad clínica con que intermitentemente se reconstruye el pasado de los protagonistas, A.S.A. Harrison engrandece su relato describiendo con exactitud el desorden sentimental. El enigma de fondo es cómo vale la pena vivir. La indagación criminal es una indagación ética.

La mujer de un solo hombre. A.S.A. Harrison Traducción de Gemma Rovira Salamandra. Barcelona, 2014318 páginas. 18 euros

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