Barroco punk para un arte a cuatro manos
El dúo hispano-eslovaco Miroir Noir se unió por el retrato como camino de ruptura.Su serie 'Propter Nuptias' explora la iconografía de las novias
Con unos cafés mezclados con Borovička, la bebida nacional de Eslovaquia, comenzó aquella jornada en la que buscaban divertirse y ver qué surgía. Aquella era algo así como una extraña primera cita celebraba en aquel inmenso taller en una nave de Barcelona un día de Semana Santa. Se habían conocido por Internet, y se habían acercado el uno al otro con la intuición de que tenían algo de almas gemelas, de que andaban intentando lo mismo. Uno lo contactó sin saber muy bien en qué idioma podían comunicarse. El otro, se plantó con sus maletas en la casa del primero 15 días después, presto a la llamada del destino, directo desde Bratislava. Y estalló el barroco punk que sirve para describir su último trabajo. El último de ellos es la serie Propter Nuptias (por la boda) que se expone en la Galería Blokker de Madrid, pinturas hechas a cuatro manos por el español Rai Escalé y el eslovaco Miloŝ Kopták, el dúo Miroir Noir (espejo negro), quien ya lleva cinco años de feliz recorrido artístico después de aquel experimento en el que colgaron papeles y papeles en una pared de la que después salió la primera exposición conjunta en Pamplona. Luces y sombras y dramatismo; pinceladas expresionistas y salvajes.
Propter Nuptias partió de una serie de fotografías de bodas de los años cincuenta que atesoraba Kopták. Eran sus tías con esos gestos extraños, con esa iconografía que se podía equiparar, relata Escalé en la presentación en la galería Blokker que lleva ocho meses de trayectoria a la vera del Prado, a la de la novia, pero además “a la de la virgen, la monja o la prostituta”, a los seres femeninos vestidos de blanco, figuras espectrales que recorren lagos y montañas y pueblan la imaginación del centro de Europa, explica este dúo. En la serie, Escalé y Kopták continúan con aquello que primero buscaban por separado y que ahora hacen juntos, en un trabajo que se desarrolla sobre todo en Eslovaquia. Se trata de romper el retrato y que de la supuesta humanidad se pase a planos que lindan un imaginario gótico y perverso, pero no es sino una excusa “para que la pintura explote”, aseguran. Además, perseguían ahondar y representar la tensión emocional que vive la gente en lo que se describe como el día más feliz de una vida.
Como en Matrimonio rojo, la pintura de una pareja de rostro ya desfigurado que se ha transformado en algo más, en seres de otro mundo con un aire fantasmagórico en los que se ha instalado la presencia del tiempo. No se trata de un canon de belleza o de fealdad, dice Escalé, ni tampoco estas obras se relacionan con una narración filosófica o política. El pintor catalán se emociona ante I want to marry you (quiero casarme contigo), simplemente porque, señala, no sabría cómo repetirlo. La figura de una mujer con una corona de flores se deshace en gruesos trazos de pintura y el contraste de blanco y negro, con apuntes de rojo. Jamás repetirse. Este es uno de los valores de pintar a cuatro manos, asegura. Todo pasa “casi por accidente”, en un juego de la intuición que logra que la frescura de esta forma de pintar sea mayor que la que se consigue de manera individual. “Las manos se van solas, puedes volver a ser joven, arriesgar e improvisar. Trabajar solo termina por convertirse en una cárcel…”
“Uno coge la luz, el otro la sombra… Las intervenciones son cortas, en acrílico porque se seca con relativa rapidez. Hacemos ataques de cinco minutos hasta que las partes van apareciendo… Hay desacuerdo, claro… Sobre todo, es necesario saber cuándo parar”, explica Escalé de su técnica, que describe como un duelo de esgrima. Propter Nuptias representa la primera vez que se han concentrado exclusivamente en un solo tema durante casi un año completo. La pintura de Miroir Noir muestra esa investigación que ha llevado a que en el féretro de Franco o en su lecho de muerte aparezcan figuras deformadas, o los rasgos de los tiranos o de los mafiosos compongan un universo que se emparenta con el de Francis Bacon. La idea con la que también nació el dúo fue “pulverizar lo más oscuro de las tradiciones española y eslovaca, junto con sus iconos nacionales”.
Babelia
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