Enrique Bunbury: “Detrás de todo encasillamiento hay algo de verdad”
El nuevo disco del músico, 'Palosanto', nació marcado por las revueltas políticas de los últimos años
Pide Enrique Bunbury que la promoción de su nuevo disco, Palosanto,se realice por correo electrónico en lo que parece una decisión defensiva. ¿Qué tiene contra las entrevistas cara a cara? “No tengo nada. Las hago cada vez que edito un disco. Cuando voy a la televisión ahí me tienen, dando la cara. En la radio tienen mi voz, por teléfono o en plató. Y cuando van a ser publicadas por escrito, creo que es justo que mis palabras las escriba yo”, contesta desde el otro lado del Atlántico. “Vivo desde hace cuatro años en California. Intento dedicar el máximo de tiempo posible a leer, a escuchar música y ver documentales y películas. Y por supuesto, paso mucho tiempo con los míos”.
Pregunta. Dice encontrarse en un momento “reflexivo y más sereno”. ¿Cuál es la causa?
Respuesta. No tengo ni idea. No hago un análisis personal de mis estados de ánimo a no ser que me pregunten. Por lo general me dedico a disfrutar de cada momento siempre que puedo. No obstante, tuve épocas turbulentas y tortuosas, y sé distinguir entre el pozo sin fondo y un momento dulce, como el que disfruto últimamente.
P. Es un disco muy largo, 15 canciones, que ha dividido en dos partes. La primera, en sus palabras “más social”, y la segunda, “más personal”.
R. Este álbum nace de un periodo de tres años durante el que surgieron revueltas y manifestaciones de pueblos mostrando su hartazgo y desencanto. La primavera árabe, Yo Soy 132 en México, el 15-M en España, el movimiento estudiantil en Chile, Occupy Wall Street en Estados Unidos… Desde ahí surgen las reflexiones que dan voz a diferentes personajes a lo largo del disco, siempre considerando la necesidad y posibilidad real de un cambio sustancial. En la primera parte, la reflexión es más social y de la ilusión inicial se pasa al cinismo expresado por algunos, y a la rabia y conclusión de que ninguna revolución fue ni será exitosa sin derramamiento de sangre.
P. Y la parte “más personal”, ¿qué explora?
"No soy solo el rockero gótico ni el cabaretero que canta rancheras"
R. La capacidad que cada uno tiene para participar de un cambio global se minimiza y se considera que solo podemos cambiar nuestro entorno inmediato, familia, pareja o vecindario. La conclusión final es aún más introspectiva y personal. Solo podemos cambiarnos a nosotros mismos.
P. Entre las posibles interpretaciones del título Palosanto dice, en una carta abierta, que podría ser “la madera de los bates de béisbol” con los que intenta “destrozar los cajones” en los que le “encasillaron”. ¿Cuál le parece más injusto o menos ajustado a la realidad?
R. Creo que nunca se hicieron bates de béisbol con madera de palo santo. Olería bien, no sé si tendría consistencia. Pero siguiendo con la pregunta, los cajones en los que te puede situar la crítica o la opinión pública siempre son demasiado estrechos y ajustados. Todos somos más complejos de lo que parecemos. No se puede evitar que te describan con un brochazo pero quizás tengamos que aceptar que, detrás de todo encasillamiento injusto, hay algo de verdad esparcida y, aunque la realidad contenga más matices, no lucimos tan guapos como nos gustaría.
P. ¿Cuál de todos es el más difícil de destruir?
R. Bueno, yo intento ensanchar un poco el camino, que quepa más de mí mismo. No soy solo el rockero gótico con la bandana en la frente de Héroes del Silencio, ni el cabaretero que canta rancheras con sombrero de cowboy. Pero creo que eso ya lo sabe la mayoría de los que están interesados en mi trabajo.
P. ¿Es consciente de ser un personaje que despierta pasiones? Sus fans le adoran, pero sus detractores no le pueden ni ver.
R. Los que no me pueden ver son los que más fácil lo tienen. A los demás, intento mostrarles mi agradecimiento por la fortuna de poder cantar y grabar durante varias décadas.
P. ¿Fue la vuelta de Héroes un asunto económico?
R. Buff. Hace ya seis años de esa gira. Casi ni recuerdo la sucesión de los hechos. Pero sí que tengo claro que fue una oportunidad increíble para cerrar una historia trágica, de un modo más humano y generoso. Fueron 10 conciertos masivos que congregaron a más público del que nadie podíamos imaginar. El público deseaba tanto esa reunión… Y sí, nos pagaron. Como cada vez que me subo a un escenario. Casi siempre recibo un dinero a modo de trueque, que es con el que comemos yo y mi familia. No sé si hace falta explicarlo.
Babelia
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