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Atracción de los polos opuestos

El cantautor británico Elvis Costello y los raperos The Roots unen fuerzas en un original experimento musical

Andrea Aguilar
El cantautor Elvis Costello y Ahmir Khalib Thompson, alias Questlove, batería y líder del grupo The Roots.
El cantautor Elvis Costello y Ahmir Khalib Thompson, alias Questlove, batería y líder del grupo The Roots.

Unas grandes gafas de pasta negra y un llamativo sombrero adornan a Elvis Costello, de constitución algo enclenque en comparación con la de su compañero de sofá, el corpulento Ahmir Khalib Thompson, alias Questlove, batería de The Roots y dj, productor que ha trabajado con Jay-Z o Amy Winehouse, y que vestido de luce su ya clásico peine clavado en la melena afro. A pesar de la dispar imagen, hay muchos puntos que conectan al inimitable cantautor británico que ha roto todas las etiquetas y al batería de Filadelfia cuya banda de hip-hop se sale de cualquier definición. Costello cantó contra Thatcher y nunca ha esquivado la política; Ahmer tampoco, escribiendo sin tapujos de los prejuicios y presiones que implica ser un hombre negro. Además, ambos proceden de familias de músicos, crecieron entre ritmos, algo que dota a sus conocimientos musicales enciclopédicos de naturalidad. Hablan y bromean sin respiro, cada uno en su tono. “Creo que tenemos una historia muy similar, los dos nos bautizamos en la música a edad muy temprana, somos hijos del backstage y nos criaron coleccionistas de discos con gustos muy amplios. Mis padres tenían más de 5.000 y aunque me restringían las horas de televisión, me dieron libre acceso a su discoteca”, apunta Thompson. Costello recoge el hilo: “Esto implica que a los nueve ya tienes tu propio gusto. Igual que otros padres iban a la fábrica o a la oficina, el mío iba a una sala de conciertos. Un día le vi actuando con The Beatles y capté la idea de que esa rutina era mágica”.

La cita se celebra en el Rockefeller Center, en un pequeño cuarto de los estudios donde se graba el programa nocturno de humor, tertulias y entrevistas de Jimmy Fallon. Fue allí, entre cámaras, donde arrancó la colaboración entre estos músicos hace tres años: Costello fue invitado al plató, y The Roots —la banda residente— le saludó interpretando un jingle que había compuesto el padre del británico y que fue la primera grabación de Costello a los 17 años.

La última ha sido el disco Wise up ghost con The Roots. “Nadie conoce ese jingle en Estados Unidos. Eso fue lo que más me gustó”, comenta Costello, antes de añadir su temor como fan de The Roots a que el trabajo diario de la banda en un programa de televisión diario pudiera minar su creatividad. “No ha sido así. Han logrado alcanzar un nivel increíble de sofisticación e ingenio al que no llega nadie, y es así como se aproximan al léxico cultural colectivo”.

Han logrado un nivel increíble de sofisticación", dice el inglés sobre la banda

También con ironía y cautela, a juzgar por las explicaciones que Questlove ofrece sobre las estrictas instrucciones que dio a su banda en aquella primera cita. “Si muestras demasiado entusiasmo asustas a la gente”, dice sacándose el peine de la melena rizada para enfatizar sus palabras y moviéndolo por el aire. “Les dije: ‘¡Nada de comentar con Elvis un tema suyo de 1978! ¡Nada de decirle que tenemos todas las grabaciones piratas y oficiales, todas las versiones, todo...!’. Era fundamental que nos comportáramos como si no importara mucho”.

El plan siguió adelante en la segunda visita de Costello. “Cada vez que iba al programa los temas que tocábamos estaban cambiados, eran algo nuevo”, cuenta Costello. Tras la tercera visita decidieron seguir en el diminuto camerino que The Roots tiene en el estudio donde se cambian y ensayan. “A partir de ahí fue algo muy libre. Él venía cuando terminábamos el programa y grabábamos en esa habitación sin ventanas ni relojes”, dice Questlove. Juntos con el productor Steve Mandel, destilaron, exprimieron, revisaron, improvisaron, recortaron y pegaron a partir del amplio libreto que Costello ha construido a lo largo de más de cuatro décadas. “No nos marcamos una meta y este no es un disco ampuloso de estudio, tiene algo de indagación. Había un fragmento que venía de algún lado, un ritmo de otro y el batería contestaba y esbozábamos el principio de un arreglo y cada mezcla iba siendo más compleja”, dice Elvis. El río les llevaba en un guiño creativo que el cantante describe como collages. Y ahí encontraron la seguridad para arrancar otros temas con la hoja en blanco, o casi.

Ellos ocultaron al cantante que tenían todos sus discos "para no asustarle"

La noche anterior Costello y The Roots habían presentado el álbum en Brooklyn Bowl, la bolera y sala de conciertos de Williamsburg donde cada jueves Questlove monta la sesión Soul bowl, con vídeos del viejo programa Soul train y una mezcla de música que abarca desde el funk hasta la electrónica, siempre impregnados del ritmo personal con el que imprime todos sus proyectos. Definido por el pope de la crítica musical Robert Christgau como “uno de los capullos más listos del planeta, cuyos conocimientos de música son ilimitados”, el batería habló del proyecto con Costello como de la materialización de un sueño. El principio puede que se encuentre en las interminables sesiones de vídeos musicales que veía en 1983 para cazar el de Punch the clock everyday de Costello. Pero el idilio de esta peculiar pareja adicta a las colaboraciones a todas luces no ha hecho más que empezar.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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