‘Desafío extremo’ viaja a 2.000 metros bajo tierra
La expedición está compuesta por medio centenar de espeleólogos
En la república de Abjasia, fronteriza con el mar Negro, está la sima Krúbera-Yoronya, la más profunda del planeta. Una expedición ruso-ucraniana descendió el año pasado a sus entrañas y sus integrantes pusieron el pie a 2.197 metros bajo tierra. Ahora, el programa de Cuatro Desafío extremo inicia de la mano del aventurero Jesús Calleja un viaje al interior de la recóndita cueva, descubierta en la década de los sesenta.
La expedición está compuesta por medio centenar de espeleólogos que se proponen descender a 2.080 metros y, además, grabarlo. “Es un hito histórico. Hemos llegado a lo más alto del planeta pero no a lo más profundo”, cuenta Calleja, a punto de partir para la república exsoviética, donde se reunirá con los especialistas rusos que participan en esta misión, capitaneada por Sergio García-Dils, una referencia en la espeleología española.
Calleja lleva un año preparando el proyecto con la idea de emitir imágenes en directo (y en alta definición) en los magacines de Cuatro. Eso será posible gracias a un cable de fibra óptica, que se deslizará por el interior de la Tierra a lo largo de una compleja travesía que suma 4.000 metros. “Estaremos ocho días sin ver el sol. Dormiremos con un 100% de humedad y a cero grados, utilizaremos botellas de oxígenos y equipos de buceo para pasar por galerías inundadas y tan estrechas como la puerta de un microondas”, comenta Calleja.
Saben lo que se van a encontrar. “Contamos con información detallada de la sima, que tiene unas dimensiones equivalentes a siete torres Eiffel”, dice el responsable del programa Desafío extremo. Esta expedición es la más potente y peligrosa emprendida por Calleja y su equipo, que ayer emprendieron rumbo a la república. Según el calendario trazado, esperan comenzar el descenso el próximo domingo.
Para poder grabar en el interior de la sima han desarrollado sofisticados medios técnicos. Hasta ahora solo un equipo de National Geographic se había adentrado en la intrincada galería de pozos, gateras, cascadas y lagunas subterráneas. Pero la cadena estadounidense abortó el proyecto y se dio la vuelta a los 700 metros de hondura.
“A partir de los 1.800 metros no hay retorno. Nadie nos puede ayudar. Asumimos y controlamos el riesgo”, afirma el deportista, que en su currículo tiene haber pisado los tres lugares más extremos del planeta: el Everest, el Polo Norte y el Polo Sur. “Se nos ha ido la pinza, pero teníamos que hacerlo”, confiesa.
Además de la faceta deportiva, la expedición alberga un componente científico. Durante la travesía subterránea recogerán muestras de organismos vivos (una especie de gusanos) que serán analizados por la NASA para intentar hallar similitudes con una hipotética vida en Marte.
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