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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Madres

Cerca del Día de la Madre es de rigor recordar la película mexicana que inmortalizó la fecha

David Trueba
Una imagen de Satuday Night Live
Una imagen de Satuday Night Live

Cerca del Día de la Madre es de rigor recordar la película mexicana que terminó de inmortalizar la fecha. El mítico cineasta Juan Orol tuvo un éxito desmedido con Madre querida, que rodó dos veces, melodrama que recreaba la tragedia de un niño que no tenía mamacita a la que obsequiar en su día. Ese mismo autor, al que su España natal ignora de manera afrentosa, retiene su sillón en la gloria con títulos insuperables como Gángsters contra charros y El fantástico mundo de los hippies. Puede que su sensibilidad se adecuara de manera perfecta a la conmemoración del Día de la Madre, como Cateto a babor se ganó el corazón de la España de su tiempo.

Antes, el Día de la Madre era una ocasión perfecta para colorear alguna lámina escolar o hacer los primeros trabajos de moldeado en arcilla. Este año, nos ha traído una feliz novedad, porque en muchos rincones se ha publicitado el libro Sombras de Grey o sus variantes más o menos chuscas como regalo perfecto para la festividad de las madres. Recibido con asco por la crítica especializada, la novela inspiró una serie de pequeños sketches al programa Saturday night live que son antológicos. Puede que su distancia con Madame Bovary sea tan enorme como la que va de un contertulio farlopero de debate televisivo con la conversación filosófica a las reuniones de la Ilustración, pero del desprecio nunca aprendimos nada.

Que poner cachondas a las madres sea un esfuerzo comercial en el día de su homenaje, habla muy a favor de la sociedad de consumo. Ojalá a los padres les aguarde una novedad tan sustanciosa para sacudirse en su día el regalo de una corbata o esa colonia obligatoria. Aunque se haga a lomos de una literatura atroz, colocar el orgasmo entre la comida congelada y las recetas para la Thermomix no puede estar mal del todo. Al fin y al cabo, la festividad del Día de la Madre es también mercadería y religiosidad de gran almacén. Nuestra manera de vivir tiene estas contradicciones. La calidad literaria vive al margen del estruendo mediático y el amor de madre sobrevive a la cursilería y el lacito rosa. Pero un poco de lencería al fondo del armario nunca le hizo daño a nadie.

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