Frank de la Jungla cambia la tele por el tenis y el turrón

Frank Cuesta, el amante de los reptiles que saltó a la fama gracias al programa de Cuatro Frank de la Jungla, ha cambiado la televisión por el tenis, los vídeos caseros y el turrón artesanal.  "Mañana podrían llamarme unos chinos y ofrecerme tres millones de euros, entonces me iría a hacer tele a China", bromeó durante la presentación en el Círculo de Lectores de su libro Las aventuras de Frank de la Jungla (Planeta). "Hablando en serio, nunca se sabe, pero creo que no volveré a hacer tele", aseguró.

Desde que el pasado diciembre anunciara con un inesperado mensaje en Twitter que abandonaba la televisión, Cuesta, residente en Tailandia desde hace 14 años, se ha centrado en la escuela de tenis que dirige en Bangkok, en grabar vídeos similares a los programas que hacía para su canal de Youtube, y en fabricar turrón artesanal. "Las navidades pasadas me volví de España con unas tabletas y en el aeropuerto no me dejaron introducirlas en el país", relató. "Quería hacer turrón casero como el que se pone a fabricar cerveza artesanal". Cuesta, que también es veterinario, colabora desde hace varios años en la recuperación y protección de especies asiáticas con la Asociación de Guardianes de Animales de Tailandia.

El ex presentador se refirió a su repentina salida del programa que le hizo saltar a la fama hace cuatro años mostrando animales salvajes y reptiles en selvas de todo el mundo. "Ya no me divertía", explicó. "Cuanta más audiencia tenía, más presión recibía sobre cómo debía comportarme ante las cámaras, y no me sentía a gusto, yo soy como soy", relató, si bien eludió decir de dónde vinieron esas presiones.

Cuesta aseguró que el primero en conocer su decisión fue Paolo Vasile, actual consejero delegado de Mediaset. "Me dijo que cuando me encuentre mejor, ya sé donde encontrarle", relató. "Para los negocios debe ser un cabronazo, pero conmigo siempre se ha portado muy bien", añadió en su habitual tono irreverente.

"En España hay mucha gilipollez"

Aunque el entorno "hipócrita" de la televisión ha sido la principal razón de su marcha, otro de sus caballos de batalla ha sido la actitud de los españoles. "Hay mucha gilipollez", afirmó rotundo. "Si en España hace cuatro años decías en la tele qué cabrón, la gente pensaba que eras un cachondo, pero ahora te dicen que no digas eso porque un niño podría escucharlo". Frente a ello, Cuesta recordó que su éxito —ha llegado a obtener un 10% de cuota de pantalla y más de dos millones de espectadores en su primera temporada— viene porque se ha hecho querer entre los más pequeños."Si les gusto es porque no les miento, hablo de animales y no vendo champús ni gilipolleces. Los niños no son tontos".

Según el presentador, uno de los problemas que ha encontrado a la hora de hacer su trabajo y que se puede extrapolar a muchas situaciones es que en España no se valora lo bueno que hay. "Despreciamos las cosas buenas que tenemos y vamos a buscar lo mismo al extranjero", acusó. "Adoro España y me siento español y catalino (de catalán, porque es un acérrimo seguidor del Barcelona C.F.,). Hay gente muy buena en España pero yo aquí no quiero vivir porque también hay mucho gilipollas", afirmó.