La radio se calienta en verano
La actualidad desplaza a los contenidos ligeros y pone a prueba a los sustitutos
En julio y agosto los sonidos de la radio son diferentes. Las voces de las estrellas que durante el curso ponen la banda sonora a nuestra rutina mientras desayunamos, vamos en el coche, trabajamos o cocinamos, cambian por las de los sustitutos de verano, esos periodistas radiofónicos que se enfrentan a las bajas audiencias estivales y se encuentran con la responsabilidad de conducir programas con la mitad del equipo, y en una época, en teoría, de poco caudal informativo.
Los programas pasan a ser conducidos por otros profesionales del micrófono, integrantes de ese u otro equipo durante el resto del año. Esta situación provoca un cambio, a veces leve, otras no tanto, en el estilo, el tono y el contenido del espacio, que tiene que ver con el perfil y la personalidad de quien toma la posta. Los presentadores sustitutos se quedan al frente de programas que, frente a la idea preconcebida de la radio fresca y desenfadada del verano, soportan un importante peso informativo. En palabras de Pedro Blanco, sustituto de la titular Angels Barceló en el programa nocturno Hora 25 de la cadena SER, durante mucho tiempo la radio que se hacía durante los meses de julio y agosto era una especie de paréntesis, “un agujero negro donde parecía no haber noticias de calado. Hemos pasado de hacer radio de verano a hacer radio en verano”.
Pero cuando, como este año, la actualidad informativa decide no irse de vacaciones, como viene sucediendo a lo largo del último trienio, a estos presentadores estivales no les queda otra que arreglárselas para hacer una radio de las mismas características que la que se puede oír el resto del año. “Antes era como el tinto de verano: se aguaba todo, se echaba gaseosa y había temas que se estiraban hasta el infinito”, recuerda Lourdes Lancho, que ha cogido en verano la batuta del programa de fin de semana A vivir que son dos días que se emite también en la cadena SER, refiriéndose a eso que en lenguaje radiofónico se conoce como las míticas serpientes de verano, y que ya apenas existen. “La noticia de economía más importante del año, el rescate a la banca, ha ocurrido en verano; el año pasado el pacto de la reforma de la Constitución se acometió en verano… Por eso hay que mantener el nivel de calidad y coherencia a la hora de abordar los temas”, apunta Lancho.
Desde hace tres veranos Paula Aller toma los mandos en RNE de los Asuntos propios de Toni Garrido, cada tarde de lunes a viernes, que a partir de septiembre pasarán a manos de Yolanda Flores. “Es complicado a veces, porque hay que sacar un programa adelante con cinco personas, mientras que el resto del año contamos con 10. Hay menos presentaciones de libros y de películas, la agenda está más relajada”, cuenta Aller, que durante el curso es redactora del mismo programa. “Aun así es interesante adaptar durante dos meses el diseño del programa a tu medida, elegir a los colaboradores y marcar tu propio ritmo”. Al frente de otro magazín, La ventana de verano, está Purificación Beltrán. La espontánea versión veraniega de Gemma Nierga confiesa que la presión de sustituir a las grandes estrellas del panorama radiofónico del país supone un reto, una gran presión y una oportunidad de apostar por nuevos formatos. “Los sustitutos tenemos la responsabilidad de dar la talla, no solo por las estrellas, sino también por los oyentes y por los otros sustitutos que han estado sentados aquí antes. Es saber ponerse en el papel de chef dos meses, mientras que el resto del año estamos en la cocina”.
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