Blanca Portillo se transforma en la pesadilla de los niños robados

Los pasillos del I.E.S. Cardenal Cisneros, situado en el centro de Madrid, abandonan estos días la calma veraniega que acompaña a las vacaciones escolares para acoger el bullicioso rodaje de una serie de televisión. Los responsables de esta frenética actividad son los miembros del equipo técnico y artístico de la miniserie Niños robados, uno de los próximos estrenos de Telecinco.

Con un reparto de rostros habituales de la pequeña pantalla, que van desde Blanca Portillo a Adriana Ugarte pasando por Emilio Gutiérrez Caba o Nadia de Santiago, Niños robados se inspira en los casos de robos de bebés ocurridos en la década de los 70, para contar la historia de dos mujeres que perdieron a sus hijos recién nacidos en la clínica donde dieron a luz. La historia de la serie se prolonga en el presente con la investigación de una joven dispuesta a descubrir sus raíces, tras descubrir que fue adoptada en extrañas circunstancias.

La responsabilidad de los tres casos recae en el personaje de sor Eulalia, al que da vida Blanca Portillo (Volver). La actriz se mete en la piel de una monja, que es directora de una casa de acogida de jóvenes embarazadas en una congregación religiosa y de la unidad de neonatos de una clínica.

Enfundada en un hábito color azul marino y unas medias tupidas en el sofocante mes de agosto madrileño, Blanca Portillo describe a su personaje como "el brazo ejecutor de la trama. Sor Eulalia está convencida de lo que hace está bien, que actúa en pro de unos niños que han nacido de una relación ilegítima. Sus madres son jóvenes que no están capacitadas para cuidarlos". A pesar de los evidentes paralelismos con las historias reales que han salido a luz recientemente, la actriz calcula sus palabras para subrayar que la historia de la serie, que Telecinco realiza en colaboración con MOD Producciones, pertenece exclusivamente al terreno de la ficción. “Es una miniserie necesaria porque la gente tiene derecho a saber qué ocurrió aquellos años”.

La actriz reconoce que interpretar a sor Eulalia no está siendo una experiencia agradable: “no soy feliz encarnado a un personaje que hace daño. La primera vez que me vi vestida de monja me impactó pero me duele más su alma que el hábito que viste. Es muy duro hacer un personaje con tanta crueldad porque yo no lo entiendo”.

Al igual que la mayoría de actores de Niños robados, Blanca Portillo no ha tenido la oportunidad de hablar con las víctimas de los robos de bebés, aunque sí que se ha empapado de la abundante documentación que existe sobre los casos. “Ni la mejor de las ficciones puede acercarse al sufrimiento que han padecido estas mujeres” y añade que, aunque no es un papel fácil, su trabajo nace del profundo respeto que siente hacia esas mujeres “que fueron privadas de sus hijos de una forma injusta y cruel. Es un sincero homenaje”.

El contrapunto al siniestro personaje de Blanca Portillo lo pondrá Susana, interpretada por Adriana Ugarte, una joven que descubre que es una niña robada. Tampoco está siendo un rodaje fácil para la actriz de 27 años, por estar en contacto “con un terreno donde domina la soledad: una desvinculación con el mundo y con la gente que siempre es desagradable".

Junto a las dos actrices, completan el reparto de la miniserie de dos capítulos Emilio Gutiérrez Caba (Gran reserva, Amar en tiempos revueltos), que interpretará a un ginecólogo con un importante papel en la trama, Macarena García (Amar en tiempos revueltos) y Nadia de Santiago (El pacto, Amar en tiempos revueltos), que se meten en la piel de dos madres jóvenes que sufrieron el robo de sus bebés, y Diego Martín (Hermanos y detectives), que da vida al marido del personaje de Adriana Ugarte.

Niños robados no será la única ficción inspirada en estos hechos reales que llegará a la televisión próximamente. Antena 3 tiene pendiente de estreno Historias robadas, una tv movie basada en el libro del mismo título escrito por Enrique Vila, en la que Rodolfo Sancho (La señora) dará vida a dos gemelos que fueron separados al nacer.