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OBITUARIO

Kitty Wells, la feminista de la música ‘country’

Se convirtió en la primera mujer que triunfó en el género

Kitty Wells, cuando fue incluida en el Salón de la Fama de la Música Country, en 1976.
Kitty Wells, cuando fue incluida en el Salón de la Fama de la Música Country, en 1976.REUTERS

Se convirtió en la primera mujer que triunfó en el género

En los años cuarenta y cincuenta, la música country era un terreno eminentemente masculino, conservador y con un punto machista. Al frente del negocio estaban un puñado de estrellas, casi siempre hombres, con Hank Williams a la cabeza. Hasta que en 1952 irrumpió Kitty Wells (Nashville, Estados Unidos, 1919), la primera mujer con una canción de éxito en el mercado. Wells, fallecida el lunes 16 de julio en su ciudad natal por un derrame cerebral, fue la encargada de abrir la senda por la que luego transitaron otras damas del género como Patsy Cline, Loretta Lynn o Emmylou Harris.

Nacida Ellen Muriel Deason, pronto heredó de su padre la pasión por la música gospel y el country. Comenzó a tocar la guitarra y a cantar a los 14 años. En 1937, con 18, contrajo matrimonio con el también cantante Johnnie Wright. Los dos actuaban juntos habitualmente, siguiendo el patrón de la época: por norma, a las mujeres del country solo se les permitía acompañar a artistas masculinos, frecuentemente sus parejas sentimentales.

Tras años de éxitos menores y de infructuosos contratos discográficos, en 1952 Wells está decidida a abandonar el negocio musical y dedicarse a su hogar, su marido y sus hijos. Ese año alumbra, casi sin quererlo, el sencillo It wasn’t god who made Honky Tonk Angels. La canción nace como respuesta a otro éxito de la época, Wild side of life de Hank Thompson. El protagonista de este tema acusa a una mujer, a la que acaba de conocer en un bar, de romper su matrimonio.

El sencillo con el que responde Kitty Wells vende 800.000 copias, llega al número uno de las listas del género y rompe los esquemas de una industria musical todavía en pañales. Es la primera vez que una canción country se interpreta desde el punto de vista de una mujer. En versos como “es una vergüenza que toda la culpa caiga sobre las mujeres”, Kitty Wells carga contra los vestigios de una sociedad machista que empieza a cambiar: terminada la guerra, las mujeres se incorporan al mercado laboral, los afroamericanos alternan con los blancos y la industria discográfica inventa soluciones para todos sobre la marcha.

“Nunca pensé en ser una pionera. Me encantaba hacer lo que hacía”, afirmó en una entrevista. Hasta finales de los cincuenta alternó sus conciertos en directo con apariciones estelares en el programa radiofónico Grande ole opry, emblema de la música country por el que pasaban los artistas más representativos. Incluso en 1956 se convirtió en la primera cantante del género en publicar un elepé. Ese mismo año, Elvis Presley grababa su debut en forma de disco de larga duración.

En los sesenta su carrera comenzó un lento declive, aunque mantuvo algunos momentos de lucidez. Uno de ellos fue el nacimiento de su propio show televisivo, mezcla de variedades y actuaciones en directo de estrellas del country, muy parecido a lo que Johnny Cash hacía en la época.

Kitty Wells siguió grabando discos en los setenta, pero con escasa repercusión. El auge del rock sureño y su interés por la música de raíz norteamericana casi la rescatan del olvido. Incluso llegó a grabar con miembros de The Allman Brothers Band en un intento de acercarla a una audiencia más joven. Al final de la década solo actuaba en salas con aforos reducidos especializadas en el género. Mantuvo este ritmo hasta el 2000, año de su retiro, con 81 años.

En 1976 entró en el Salón de la Fama de la Música Country en su Nashville natal, y en 1991 recibió un Grammy honorífico por toda su trayectoria. De nuevo, fue la primera mujer del mundo del country en conseguirlo.

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