El desfile tuvo lugar, como ya es habitual, en la Universidad Descartes, en dos pequeños pases que permitían apreciar la artesanía de la piel de cerca. Desde su llegada a Madrid, donde está la fábrica principal, el estudio de diseño y la sede central de la compañía, Vevers se ha centrado en analizar el lado oscuro de la elegancia burguesa española. Esa premisa da pie esta vez a una colección casi totalmente en negro.Thibault Camus (AP)Hay un estudio de la juventud muy poco nostálgico. Mujeres con gorras de cuero y pantalones hasta la rodilla evocan el espíritu juvenil de los repartidores de periódico. Las chaquetas deportivas que se llevan en las universidades estadounidenses se transforman en prendas adultas con grandes botones metálicos. La combinación de blanco y negro sugiere de forma lejana a los uniformes colegiales, pero sin su ingenuidad.Thibault Camus (AP)Uno de los hallazgos más originales de Vevers, que antes de Loewe estuvo en Mulberry, es el cuero modelado con un rastro de las formas de una gabardina o una chaqueta de doble botonadura. El cinturón, los botones o los bolsillos aparecen dibujados en relieve sobre vestidos, chaquetas y abrigos que parecen hechos de resina, pero que están realizados en piel.Thibault Camus (AP)Pendientes, pulseras y cinturones en llamativos cristales ponen un contrapunto caprichoso a una colección oscura. Los cristales también aparecen en los cierres de algunos bolsos y, en negro, recorriendo cuero recortado como si de un encaje se tratara en vestidos y faldas.Thibault Camus (AP)Es costumbre que la firma invite a caras conocidas de la crónica social española. Las actrices Rossy de Palma y Victoria Abril hicieron doblete, tras acudir también al desfile de Gaultier. También estuvo Jaime de Marichalar, otro habitual de la firma.Eric Ryan (Getty Images)
