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Tentaciones

Howler: 'America give up'

Pop rock

Xavi Sancho

Este año se van a editar discos de hair rock, de rap metal, de trip hop o incluso de flamenco chill, pero ninguno sonará tan fuera de lugar como el debut de estos jóvenes de Minneápolis. Y es que Howler pertenecen a una época, la del Indie guitarrero con ambiciones comerciales, que ha sido cruelmente desterrado de la lógica pop. Muchos Mugaupload debería cerrar el FBI y muchos cambios deberían propiciarse en la cúpula directiva del ministerio de tendencias para que esto cambie. Presentados como los nuevos Strokes y ganando credenciales teloneando a los nuevos Strokes del año pasado, o sea, a The Vaccines, Howler recuerdan a todos esos grupos que le dieron bola extra a la juventud de más de uno a principios de la pasada década. Para quienes hemos creído siempre en la versión más ligera del underground y en la más extrema del mainstream como única forma de consensuar una hoja de ruta con la que realmente ir a alguna parte, estos cuatro posadolescentes ejemplifican acaso el último clavo en el ataúd de una forma de entender la música que hoy nadie se atreve a decir que echará de menos.

Lo ingredientes de su receta son fáciles de encontrar en cualquier supermercado y le pueden gustar incluso al más maniático de los comensales. La ejecución del plato es impecable. Pero el problema es que vivimos en una época en la que priorizamos una combinación sorprendente de ingredientes a una preparación solvente de éstos. Así, los de Minneápolis son exactamente cómo serían The Strokes si hubiesen editado sus primeras referencias en 2011 y no en 2001. Además de las obvias referencias a Television, la Velvet, Richard Hell, 20/20 o The Modern Lovers, Howler añaden guiños a artistas recuperados por algunas de las últimas tendencias hipster, como Phil Spector (Beach sluts) o Jesus and Mary Chain (Back to the grave es clavada a Taste of Cindy). Y claro, Black lagoon es su Take it or leave it y America es su Soma. Grupos con un sonido similar se escuchan en miles de blogs y actúan cada noche en pubs de todo el mundo, pero pocos pasan el casting para ser expuestos a la globalidad. Hace una década esto podía parecer un hype. Hoy, considerando las cifras de ventas de este tipo de música y la nula simpatía que su propuesta puede despertar entre el segmento del público que entiende la presencia mediática de una banda como un atentado a su individualidad, parece casi un insulto calificar un artefacto tan romántico y tan desconectado de la actualidad como America give up de producto destinado a sisarle los cuartos a nadie, de intento de tomarle el pelo a la juventud o incluso de truco o trato para ex modernos. Es, simplemente, un buen disco que no inventa nada, y si política de demanda de originalidad es moderada y sus mecanismos de defensa ante inventos de la industria son de intensidad baja, el disco le podría incluso gustar.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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