La gran noche del Bolshói
Nikólai Tsiskaridze, solista del bolshói, califica de "vandalismo" la reconstrucción del teatro
El solista y primer bailarín del Bolshói, Nikolái Tsiskaridze, ha calificado de "vandalismo" la reconstrucción de este teatro, el símbolo oficial de la ópera rusa, que esta noche reabre sus puertas tras seis años de costosas y polémicas obras. El artista ha sometido el resultado de estos trabajos a una dura crítica en declaraciones a medios de poca difusión, como es el canal de televisión Dozhd y la revista Zavtra.
Según el bailarín, no se han tenido en cuenta necesidades de trabajo de los bailarines y valiosas antiguedades del edificio han sido sustituidas por imitaciones modernas. Además, Tsiskaridze puso en cuestión la calidad de la acústica, tan elogiada por los responsables de la construcción. El bailarín, un veterano del Bolshói, había sido candidato a director artístico del teatro.
"Todos los picaportes en las puertas del teatro eran de bronce y ahora no están, ¿adónde han ido a parar?", señalaba Tiskaridze, que se refirió también a lámparas de cristal reemplazadas por vidrio y a paneles de madera pintados de oro que han sido sustituidos por plásticos dorados, además de los candelabros de bronce, ahora de hierro. Afirma el bailarín que algunas de las salas de ensayo son tan bajas que no se puede mantener alzada a las bailarinas y en el escenario principal no se ha previsto un foso, lo que resulta imprescindible para un clásico insistituible de la Navidad rusa como es Cascanueces de Chaikovski.
El acontecimiento del año
La reapertura esta noche del Bolshói es el acontecimiento social del año y el anfitrión del mismo es el Kremlin, que ha repartido las invitaciones en gran parte de forma arbitraria. El servicio de prensa del Kremlin ofrecía la posibilidad de estar de pie durante tres horas frente al Bolshói para ver pasar a las personalidades que han sido invitadas.
Las obras han costado 21.000 millones de rublos (unos 500 millones de euros) al presupuesto del Estado, según datos del ministerio de cultura y citados por Mijaíl Sídorov, representante del grupo Summa, el consorcio de ingeniería que ha completado el ambicioso proyecto, después de que éste se paralizara e incluso estuviera a punto de acabar en desastre, debido al estado de los cimientos.
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