Otoño suave tras otro verano más cálido e irregular

Otoño con frío y lluvias pero sin episodios climatológicos extremos. Así prevé en Cataluña la estación que empieza este viernes la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) tras constatar ciertas irregularidades del pasado verano: se registró el mes de julio más frío desde 1997 mientras junio y especialmente agosto fueron ligeramente más calidos de lo normal. El balance arroja que la temperatura media de los tres meses de verano se ha incrementado otro año más (0,3 grados centígrados por encima de la media histórica), acorde con el calentamiento global. "Certificar el fenómeno del cambio climático requiere series climáticas de muchos años pero el aumento de la variabilidad de fenómenos extremos, la atmósfera más cálida y un ciclo de lluvias más activo son indicios característicos de este tipo de cambios", ha puntualizado el responsable de AEMET en Cataluña, Antonio Conesa.

El pronóstico para otoño es que Cataluña registre valores normales para la época: lluvia y temperaturas suaves, según prevé también la predicción estacional del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo. Habitualmente, los meses de octubre y noviembre suelen ser los más lluviosos del año en Cataluña aunque la AEMET ha advertido que este año pueden producirse episodios de variabilidad, es decir, que llueva mucho en poco tiempo y luego haya semanas más secas.

El verano arrancó con un julio frío que contrastó con el calor de un agosto sin apenas precipitaciones: los termómetros ascendieron hasta 1,2 grados por encima de lo normal y en el pirineo leridano, por ejemplo, alcanzaron hasta 2,5 grados más allá de la media histórica. La irregularidad entre julio y agosto quedó patente en las precipitaciones: al superávit de lluvias (el 63% por encima de la media histórica) le siguió un amplio déficit en agosto (el 70% menos que los registros de las últimas décadas).

Fue un verano marcado por la variabilidad extrema: junio registró temperaturas ligeramente por encima de la media (0,6 grados de más), en julio hizo más frío del habitual (casi un grado por debajo de la media) y agosto cerró con un calor excesivo (1,2 grados por encima de lo habitual). La media climática de los tres meses confirmó un verano irregular pero cálido y seco en conjunto, indicios propios del calentamiento global: la atmósfera acumula más energía, está más caliente y por tanto el ciclo del agua es más activo, con lluvias extremas y una variabilidad creciente en los fenómenos atmosféricos. Así lo confirman las tres primeras semanas de septiembre, más cálidas y secas de lo habitual.