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40 arquitectos cambiarán la cara de 215 favelas de Rio

Algunos de los barrios más deprimidos de la ciudad serán convertidos en nuevos, coloridos y risueños espacios

La copa del mundo de 2014 en Brasil y las Olimpiadas de 2016 ganadas por Rio de Janeiro, han hecho el milagro. Proyectos, por ejemplo, de convertir en barrios bonitos arquitectónicamente los aglomerados inhumanos de las favelas de la ciudad, paralizadas durante 30 años, martirizadas por la violencia de los narcotraficantes, y que ahora han comenzado a tomar vida.

Bajo el título Morar carioca, un proyecto que llevarán a cargo 40 arquitectos ya escogidos por un concurso del Instituto de Arquitectos de Brasil (IAB) va a cambiar definitivamente la cara, por ahora y hasta 2020, de 215 de las favelas más emblemáticas y características de la ciudad.

Con un presupuesto de 8.000 millones de reales, los 40 arquitectos cuyas propuestas ganaron el concurso entre 86 inscritos, van a empezar ya a trabajar. Las 215 favelas escogidas serán distribuidas en 40 grupos.

Si en algo coincidieron todas las propuestas ganadoras es en la necesidad de integrar cada vez más las favelas a la llamada ciudad formal o del asfalto, o también a la "otra ciudad", la de los ciudadanos con título de tales. Los favelados no eran considerados ciudadanos formales ya que no poseían ni dirección postal, ni podían tener una cuenta bancaria, ni nada que los acreditase como tales. Eran invisibles, fantasmas.

Por lo demás, las propuestas de los arquitectos que van a conseguir el milagro de humanizar las favelas a través del arte, dándoles color y expresión de barrio verdadero, son muy variadas. Por ejemplo, el proyecto de Jacira Farías prevé sobretodo muchos espacios de convivencia dentro de la favela, para exorcizar un territorio donde todos corren de los tiros, todos tienen miedo de todos y les resulta difícil convivir en espacios públicos en un mundo dominado por los violentos de turno.

João Calafate ha propuesto la idea de dulcificar las terribles subidas a las favelas de los morros, que dominan la ciudad. Propone subidas más blandas, con bancos para sentarse, pequeñas paradas con tiendas para detenerse. Gilson Santos apuestapor la creación de grande plazas, lugares para deportes y sobretodo en la integración de transportes que acerque, normal y fácilmente, la favela con la ciudad, como una continuidad de ella.

Los equipos de arquitectos van a contar también con grupos de sociólogos, ingenieros y profesionales varios para poder hacer un trabajo integrado que abrace el arte con el placer de vivir en ellas, sobretodo ahora que en aquellos territorios está despareciendo el cáncer de la violencia del tráfico de drogas que hacía a sus sufridos moradores rehenes de un poder paralelo, tirano y despiadado.

Algunas de las favelas más famosas habían sido estos años objeto de maquillaje por parte también de artistas, pintando en sus muros acribillados a veces por las balas de traficantes y policías en los tiroteos entre ellos, grande murales, como los pintados en Vila Cruceiro en el Complexo Alemão, recién ocupado por las fuerzas del orden, por los artistas de los países bajos, Dre Urhahn y Jeroen Koolhaas. Se trataba sin embargo de iniciativas generosas, privadas y esporádicas. Esta vez ha entrado el Estado con toda su fuerza y sus medios para hacer visibles y hasta risueños aquellos lugares vistos hasta ahora como territorios de infierno, miedo y violencia.

Favela Morro do Alemao, en Río de Janeiro (Mayo de 1998).
Favela Morro do Alemao, en Río de Janeiro (Mayo de 1998).RICARDO GUTIÉRREZ

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