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Cebrián demanda más banda ancha y menos proteccionismo para conquistar el mercado en EE UU

El consejero delegado del Grupo Prisa clausura junto a Pere Portabella, presidente de la Fundación Alternativas y la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, el II Foro de Industrias Culturales en Español

No tenemos las armas, tampoco el dinero deseable, ni la tecnología. Pero tenemos la lengua. Ese instrumento de poder y esa materia prima puede hacer conquistar muchos mercados para nuestras industrias culturales. Sobre todo el de Estados Unidos, tan importante para la expansión del español. Pero, según Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo Prisa, editor de EL PAÍS, también se necesitan algunos aspectos prácticos que nos hacen competir en desigualdad de condiciones en ese contexto: "Sería deseable eliminar las barreras proteccionistas y, por ejemplo, bajar el precio de la banda ancha".

Cebrián clausuró esta mañana junto a Pere Portabella, presidente de la Fundación Alternativas y la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, el II Foro de Industrias Culturales en Español. En este encuentro, organizado por las fundaciones Alternativas y Santillana, se han debatido durante dos días las posibilidades y la situación de las empresas hispanas en EE UU.

Es un mercado ambicionado, deseado y con gran futuro, pero donde la preponderancia y los privilegios de las estructuras anglosajonas hacen difícil la entrada. Para Cebrián, las ventajas son evidentes: "Sobre todo por la unidad de nuestra lengua, millones de personas sueñan y aman en el mismo idioma y es algo que no se tiene suficientemente en cuenta desde el punto de vista de la industria".

La unidad básica del español no quiere decir que el fomento de un idioma neutro nos beneficie. Ya también conviene mirar a los lados: "Hay que fomentar la diversidad de nuestra cultura también y contemplar de manera global un mercado en habla hispana y en portugués. En Brasil han contemplado esto tanto el presidente Lula como en su día Fernando Henrique Cardoso cuando decidieron que 13 millones de niños se pusieran a aprender español".

Pero los poderes públicos, aparte de con leyes como la brasileña del español, como deben ayudar, no es dando subvenciones. "Sino eliminando obstáculos", aseguró Cebrián. Para ser prácticos, indicó dos: "Estamos en la prehistoria de la era digital. En este mundo hay cosas que se deben atender. Una es el precio de la banda ancha. Si se baja, inmediatamente se duplicaría el acceso a la red. La segunda es la lucha contra el proteccionismo, empezando por la de Estados Unidos, que limita seriamente la concesión de frecuencias en un mercado donde los poderes locales impiden el desarrollo de marcas potentes en español".

La ministra de Cultura se mostró de acuerdo en eliminar todo tipo de obstáculos. Y añadió a los apuntados por Cebrián, otros: "La falta de igualdad de género. Incorporar más a la mujer es crucial en un mundo donde se ha demostrado que el coste económico de la desigualdad perjudica el desarrollo de las industrias culturales".

Además, González Sinde puso el acento en la calidad del idioma para hacer nuevas conquistas. "No sólo es cuestión de demografía. Decía Jorge Volpi en la Feria de Guadalajara estos días que hay que apostar por la calidad y la excelencia del idioma". Este año esa altura ha sido reconocida a nivel internacional con dos grandes premios que citó la ministra: "El Nobel de Literatura para Vargas Llosa y el Oscar de Hollywood para 'El secreto de sus ojos', de Campanella".

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