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Una ópera psicoterrorífica

El Teatro Real estrena Otra vuelta de tuerca, que Benjamín Britten compuso inspirándose en la novela de Henry James

Es raro que la escena, ya sea operística o teatral, acoja entre sus títulos historias de terror, ya que se trata de un género con el que es difícil traspasar con éxito la cuarta pared. Pocas historias de la literatura universal encontramos tan aterradora como la que escribió en 1898 Henry James en su novela Otra vuelta de tuerca. Pero hay un genio como Benjamin Britten que ha conseguido algo tan excepcional como que su ópera basada en el libro de James llegue a inquietar y producir auténtico pavor.

Y eso mientras se oye una de las más bellas partituras de la música universal, la de la ópera en un prólogo y dos actos con libreto de Myfanwy Piper que se estrenó en el Teatro de La Fenice en 1954. Este título, que vimos por primera vez en España en 1998 en el Teatro de la Zarzuela, con la gran Raina Kabaivanska, es hábilmente recuperado en una nueva producción en el Teatro Real de Madrid, procedente del Teatro Mariinski de San Petersburgo con dirección escénica de David McVicar, y escenografía y trajes de Tanya McCallin, quienes han creado una atmósfera gótica y claustrofóbica que incide en los aspectos tenebrosos de la pieza, situada en la Inglaterra victoriana, época en que fue escrito el libreto.

La pieza, que ha sido calificada por Gerard Mortier, director artístico del coliseo madrileño de "obra fantástica que bien podría definirse de reality televisivo que se sitúa entre la fascinación y la perversión y que puede tener puntos en común con el filme La mala educación, de Pedro Almodóvar". Como tantas óperas de Britten esta, la séptima que compuso, ha sido objeto de numerosos análisis psicoanalíticos e interpretaciones incluso parapsicológicas. A pesar de tratarse de una ópera de cámara para 14 instrumentos, el director músical Josep Pons destaca cómo el compositor consigue la sonoridad que el se propone "llenando el espacio de sonoridades sinfónicas de manera que no es necesaria una orquesta al uso de mayores proporciones".

El reparto está encabezado por el tenor John Mark Ainsley y la soprano Emma Bell, en el papel de estricta gobernanta. La historia es la de una institutriz que cuidaba a dos niños en Bly, al este de Inglaterra, hacia 1840. Esta tercera ópera de cámara compuesta por Britten para el English Opera Group (tras The Rape of Lucretia y Albert Herring), tenía como fin crear una "atmósfera del mal" y dejar la interpretación final al lector/espectador. Britten y Myfanwy Piper potenciaron aún más en la música y el libreto la ambigüedad entre fantasía y realidad. A la incertidumbre del contenido le corresponde paradójicamente una construcción formal muy rigurosa: ocho pequeñas escenas en cada uno de los dos actos, como si de planos cinematográficos se tratase, unidas mediante interludios instrumentales a modo de variaciones de intensidad creciente. Cada una de las variaciones refleja una nueva vuelta de tuerca musical en una vorágine psicoterrorífica de consecuencias imprevisibles. En la partitura, con una reducida orquesta con timbres muy diferenciados y capaces de reproducir esta atmósfera espectral, Britten supo vincular con absoluta elegancia los principios de la música dodecafónica con una armonía de resonancias tonales. También las partes vocales están perfiladas con un exquisito refinamiento vocal.

Otra vuelta de tuerca, se representará el 2, 4, 6, 8, 10, 12, 14, 16 de noviembre y la función del día 6 será transmitida en directo por Radio Clásica, de Radio Nacional de España

Escena de la ópera <i>Otra vuelta de tuerca</i>, que se representa en Madrid.
Escena de la ópera Otra vuelta de tuerca, que se representa en Madrid.

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