La capilla de lo inexplicable

Una planta que huele a coche nuevo. Una grabación en loop que forma una estructura sobre la pared. Una mujer obsesionada en abrir espacios. No parecen elementos propios de una exposición, pero en el caso de la convocatoria anual BCN Producció'10, lo común desaparece para dar paso a lo nunca visto. Esta exhibición, que se podrá ver hasta el 21 de noviembre en la sala La Capella de la calle del Hospital de Barcelona, es el resultado de los arriesgados proyectos de cinco artistas barceloneses.

El fotógrafo Marc Serra ha modificado con nanotecnología el olor de una serie de plantas para que desprendan aromas artificiales como el del probador de una tienda de ropa, el tóner de una impresora o el túnel de una estación de metro. "Quería reflexionar alrededor del concepto de lo natural", explica el artista, que ha contado con el maestro perfumista Agustí Vidal para crear las esencias.

"La naturalidad es un concepto muy devaluado, especialmente en el caso de las relaciones humanas", señala Serra. "Me he acercado al olor porque hacía tiempo que tenía en mente la idea de generar algo a través de un mensaje que se transmitiera a través de un sentido que no fuera exclusivamente el de la vista o el oído". En este caso, la exposición es un paso previo a la comercialización, ya que el artista pretende vender su idea a las grandes marcas de perfumería.

Abrir puertas y ventanas

Aunque no contaba con que compartiría el espacio con la inquieta artista conceptual Luz Broto, que se ha dedicado a abrir las oberturas de La Capella (ventanas tapiadas, puertas que siempre permanecen cerradas), incluso la apertura circular del tejado que arroja muchísima luz sobre el espacio, la antigua capilla del hospital de la Santa Creu, que el canónigo Guillem Colom fundó en 1229.

"Esta obertura que siempre está cerrada [una puerta que da al patio de la Biblioteca de Catalunya] deja ver una de las paredes románicas", explica Broto, orgullosa de la luminosidad que ha aportado a La Capella, que normalmente brilla por su ausencia. "En 1987 se cerraron la mayoría de las entradas de luz natural, quizá para no depender de las demás instituciones contiguas, la escuela de arte Massana y La Biblioteca de Catalunya", reflexiona la artista.

"La idea es ir anotando todo lo que ocurre y no intervenir", explica Broto señalando, divertida, un charco en el suelo, justo debajo de la ventana del tejado, que ha conseguido abrir de par en par. La lluvia ha caído justo encima de una de las plantas de Marc Serra, diluyendo el olor a "una discoteca antes del cierre", como la define su autor,que debían desprender sus hojas.

Escultura visual

La escultura visual de otro del videoartista Albert Triviño se percibiría mejor con la oscuridad en la que normalmente está sumergida la histórica sala, aunque el juego de luces, colores y sombras de la silueta proyectada sobre la pared capta la atención de todos.

Un trípode sujeta una cámara que no deja de grabar frente a la pared. Escultura Loop funciona como un dispositivo que reproduce de forma continua la misma imagen que captura. Triviño deja a la escultura libre, para que vaya convirtiéndose constantemente en algo nuevo, mientras se queda observando, como un investigador.

Por otro lado, la artista afincada en Londres Esther Planas retrata, a partir de la performance, el vídeo y la música, -aunque no resulte perceptible a simple vista- la memoria histórica del barrio chino de Barcelona y Jaume Ferrete juega con el visitante (al que propone incluso un cita) en una trabajo que se va creando a partir de la intervención del espectador.