Abucheando a Bob Dylan
Babelia avanza un capítulo de 'Like a rolling stone', el ensayo de Greil Marcus sobre el inspirado Bob Dylan de 1965 (Global Rhythm)
En 1965, Bob Dylan se colocó en el ojo del huracán. Quería romper con el núcleo duro de sus seguidores: tras ejercer como profeta del descontento juvenil, que pronto cuajaría en la contracultura, se hallaba decidido a desechar cualquier papel de líder. Abandonaba sus canciones de denuncia, que interpretaba con maneras de folk singer, y se lanzaba hacía un repertorio turbulento y surrealista, que arropaba con formas de rock-blues. De la inmensidad del desafio da testimonio Like a rolling stone: Bob Dylan en la encrucijada, el libro del crítico cultural Greil Marcus. Babelia avanza hoy en ELPAIS.com un capítulo de esta obra que llegará a las librerías el a partir de mañana.
Estados Unidos todavía no había superado los conflictos derivados de la implantación de los derechos civiles para la población negra y entraba en una tormenta aún mayor, la derivada de su intervención en Vietnam. En ese contexto, con una sociedad crecientemente polarizada, el viraje de Dylan se vivió como una deserción. Lo oficializó en la gran romería de la Vieja Izquierda, el Festival de Folk de Newport, donde mandaban puristas como Alan Lomax y Pete Seeger.
Fue como un remake de Sólo ante el peligro. En julio de 1965, Bob Dylan dominaba las radios con la embriagadora Like a rolling stone, pero eso no impresionaba a gran parte del público de Newport. Se presentó con grupo eléctrico, la Paul Butterfield Blues Band, y fue abucheado. Aún hoy, se discute si esa reacción obedecía al (1) escaso ensamblaje entre el cantante y sus acompañantes, (2) al deficiente sonido o (3) al pecado imperdonable de tocar rock en aquel evento.
Muchos de los implicados hoy prefieren minimizar aquel conflicto. Pero fue real y doloroso: alguien tan endurecido como Levon Helm, luego baterista de The Band, abandonó la gira, aparentemente abrumado por la densidad del odio. Greil Marcus sigue el rastro de enfrentamientos e insultos por conciertos multitudinarios en Forest Hills y Hollywood.

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