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Reportaje:

Lecciones de lírica

El Teatro Arriaga estrena 'Ni fu, ni fa sostenido', una obra dirigida al público infantil.- El montaje incluye diez fragmentos de ópera

Suena la música de Tannhäuser al piano y la mezzosoprano Itxaro Mentxaka tararea la melodía mientras atraviesa a zancadas la sala de ensayos. Es el comienzo de Ni fu, ni fa sostenido, una función de ópera para el público infantil que ofrece diez fragmentos de óperas firmadas por Wagner, Rossini, Bizet o Donizetti engarzados en un argumento sin relación con las obras originales. La pieza se estrenará el próximo viernes en el Teatro Arriaga. Durante una hora, las personas que trabajan en un teatro, desde las limpiadoras a la aspirante a guardia de seguridad, van desgranando una narración a la que acompañan los fragmentos operísticos.

El tenor Enrique Viana observa, libreto en mano, cómo las palabras de Mentxaka dan paso a un barbero de Sevilla que se dispone a cortar el pelo a otro de los interpretes. Viana es el director y autor del libreto, la escenografía y el vestuario de la obra, una coproducción del Arriaga y la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) pensada para que el público infantil descubra la ópera.

El tenor Enrique Viana es autor del libreto, la escenografía y el vestuario
Una historia ambientada en un teatro da paso a las piezas musicales

Viana plantea que la misión del espectáculo es "contagiar la magia de la música clásica" a quienes aún no han tenido la oportunidad de disfrutarla. "La música clásica ha ayudado a los hombres a vivir, a ser mejores", defiende. "Si estas óperas han sobrevivido más de 100 años es porque han valido y siguen siendo validas". Ni fu... invita a imaginar que el escenario es un teatro al que van llegando las personas que allí trabajan sin ser ni músicos ni actores. "El teatro, por donde ha pasado tanta creatividad, tantos artistas, tiene un poder especial y produce el milagro de crear una nueva obra", explica Viana.

El director allana el camino a los espectadores. "El oído es el órgano más vago, quiere que se lo den todo hecho y agradece lo que ya conoce", asegura. Así que el montaje incluye la conocida cavatina de Fígaro, pero para evitar caer en el tópico, de Bizet ha elegido un fragmento de Los pescadores de perlas y de Donizetti, Il Campanello, menos popular que otros títulos del compositor, y Fra Diavolo, de Auber. "Hay que hacer trampas para dismular el carácter didáctico del espectáculo y contribuir a que se lleven un poco de cultura musical a casa", reconoce el director.

La obra es una locura, dicen los interpretes, que no deja un segundo sin acción. Actúan, hablan, cantan y bailan. Hasta el pianista que toca sobre el escenario, Daniel Oyarzábal, se levanta, habla y participa en la historia. "Es una obra coral, en que la participación es equilibrada. Forman un conjunto perfecto para comunicar al público joven la música de nuestra cultura". Junto a Mentxaka, cantan Nerea Castellot, Juan José Navarro, Alberto Núñez y Ana Otxoa, y participan los actores Itziar Recalde, Juanjo Otero y Aritza Rodríguez.

Daniel Oyarzabal toca el piano rodeado de los intérpretes de 'Ni fu, ni fa sostenido' en un ensayo de la obra. De izquierda a derecha, Alberto Núñez, Ana Otxoa, Nerea Castellot, Juan José Navarro e Itzaro Mentxaka.
Daniel Oyarzabal toca el piano rodeado de los intérpretes de 'Ni fu, ni fa sostenido' en un ensayo de la obra. De izquierda a derecha, Alberto Núñez, Ana Otxoa, Nerea Castellot, Juan José Navarro e Itzaro Mentxaka.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

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