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Juego de miradas sobre el barro en el museo de la Cerámica de Barcelona

La exposición analiza la similitud entre obras tradicionales africanas y occidentales

Unos ojos parecen mirarnos sorprendidos cuando contemplamos una cerámica en forma de plato creada por Pablo Picasso en 1955. A su lado, otra cara parece observarnos desde el borde superior de una jarra modelada en la cultura Lwena de Angola. En otra vitrina, un recipiente para recoger los malos espíritus de la Cham de Nigeria está junto a la figura de una mujer pájaro realizado en gres chamoteado por Joan Miró en 1977. Tan parecidos son que es difícil identificar cual es la pieza primitiva y cual la contemporánea. Son dos de los 14 juegos visuales que propone el Museo de Cerámica de Barcelona en la exposición Confluencias en el barro, que permanecerá abierta hasta el 6 de junio.

A través de cuarenta piezas procedentes de contextos antagónicos: las culturas tradicionales del África negra y el ámbito artístico tradicional, las comisarias María Antonia Casanovas, directora del museo, y Elena Martínez-Jacquet, han creado un conjunto de asociaciones que permiten el diálogo de dos mundos diferentes a través del barro. "Es una experiencia estética que nos invita a reflexionar sobre el carácter universal del arte", asegura Martínez-Jacquet, especialista en arte africano.

María Bofill, Josep Llorens Artigas, Ramon Carreté, Frances Elías, Antoni Cumella y Rosa Amorós, son otros de los autores confrontados a jarras, vasijas, cuencos o platos producidos por manos anónimas (generalmente femeninas) en el África subsahariana. Algunas son piezas arqueológicas provenientes de las culturas que florecieron en Nigeria, Mali o Ghana entre los siglos VIII y XIII y fueron utilizadas para contener grano o líquidos.

La forma, la técnica, la ornamentación o la decoración han servido para establecer los emparejamientos entre las piezas africanas, procedentes de seis colecciones particulares, y las obras contemporáneas, que son propiedad del museo, aunque muchas de ella permanecen en la reserva y no se han visto nunca.

"La cerámica africana nos sorprende por la belleza y la simplicidad de sus formas, por la riqueza de su decoración, que combina los símbolos que se expresan las creencias, las costumbres y las aspiraciones de los pueblos que la han creado", afirma Martínez-Jacquet.

Esta cerámica de Picasso está hecha de arcilla blanca moldeada y decorada con motivos figurativos.
Esta cerámica de Picasso está hecha de arcilla blanca moldeada y decorada con motivos figurativos.GASULL

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