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Reportaje:

Deconstruir Hollywood

La Fundación Miró acoge la primera retrospectiva en España del escocés Douglas Gordon, conocido por manipular los clásicos del cine estadounidense

Douglas Gordon (Glasgow, 1966) es un artista escocés conocido por sus videoinstalaciones en las que utiliza fragmentos de películas clásicas como Taxi Driver o Psicosis para causar zozobra y desorientación en el espectador, que se enfrenta a algo familiar pero que sin embargo le produce extrañeza.

Su arte, reconocido internacionalmente con premios de museos tan prestigiosos como el Guggenhein de Nueva York o la Tate Gallery de Londres, se podrá admirar hasta el próximo 4 de junio en la Fundación Miró de Barcelona. La exposición lleva el título de Lo que quieres que diga... yo ya estoy muerto y es la primera gran retrospectiva de este influyente artista en España. Gordon juega con el espectador desde el mismo título de la muestra, en la que reflexiona sobre la vida y la muerte a partir de la premisa de que el artista ha muerto y un grupo de colegas repasa su trayectoria.

El juego de engaños y dualidades continúa en sus obras, en formato texto, audio y, sobre todo, vídeo, en las que el acento está puesto en el tema de los contrarios: la vida y la muerte, el bien y el mal, positivo y negativo, memoria y olvido, el pasado y el futuro, la culpabilidad y la inocencia. La directora de la Fundació Miró, Rosa María Malet, ha explicado que las piezas de Gordon "reflejan situaciones ambiguas" que dan al espectador el encargo de dotarlas de significación.

Hollywood deformado

La parte central de la retrospectiva son las instalaciones audiovisuales, a menudo con una escala épica, en las que el artista manipula clásicos del cine de Hollywood. Gordon ejerce su talento con absoluta libertad y retoca las películas hasta hacerlas a veces casi irreconocibles. En 24 hours Psycho, Gordon proyecta en una gran pantalla fotograma a fotograma la película de Hitchcock haciendo que tenga una duración de 24 horas, y en A través de un espejo, deconstruye el formato de Taxi driver, de Martin Scorsese. Con Vértigo, aparecen las manos y el rostro del director de orquesta que dirige la banda sonora de la película, mientras ésta se puede ver en un pequeño monitor. En Beetween darkness and light (after William Blake), el artista superpone El exorcista (1974), de William Friedkin, y La canción de Bernadette (1943), de Henry King, jugando con la posesión del bien y del mal y las proyecciones en una sala totalmente a oscuras. Este último montaje se ha instalado en la Sala 13 de la Fundación. Gordon ha escogido este espacio subterráneo porque requiere que el espectador descienda las escaleras para sumergirse en un lugar oscuro, tan sólo ocupado por las proyecciones. Finalmente, Incidentes previsibles en entornos desconocidos, muestra al capitán Kirk de Star Trek besando a varias mujeres.

La directora de la Fundación Miró ha confesado que conseguir montar esta exposición ha sido "casi una lucha", pues desde que un joven Gordon expuso en la Sala 13 en 1993, el artista ha recibido distinciones como el premio Turner o el premio de la Bienal de Venecia y se ha convertido en "una persona muy ocupada". De hecho, el artista no ha querido participar hoy en la conferencia de prensa en que se ha explicado su obra, que ha sido presentada por la directora de la Fundación, a pesar de encontrarse en la sala de exposiciones.

Además de las instalaciones en las que se apropia de clásicos de Hollywood y su retrospectiva, la exposición también cuenta con la instalación Lo que quieres que diga, en la que una docena de altavoces negros esparcidos en el suelo repiten 'I love you' con obras de texto en las que Gordon proyecta mensajes en las paredes. "Es un creador peculiar", ha resumido Malet.

Uno de los montajes del artista escocés Douglas Gordon.
Uno de los montajes del artista escocés Douglas Gordon.EFE

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