Najwa Nimri: "Por desgracia, Amenábar es el amor de una noche"
La actriz rueda 'El Metodo Grönholm' que se estrenará a finales de verano de 2005
Nada mas verla, uno se da cuenta de que Najwa Nimri (Pamplona, 1970) tiene algo especial. Un rostro enigmático la envuelve en un halo de misticismo que supo transformar en locura en Abre los ojos, en amor imposible en Los amantes del círculo polar y en seducción en Lucía y el sexo.
Es actriz, cantante, compositora y, desde hace poco tiempo, madre. Ahora, la pamplonesa está inmersa en el rodaje de El Metodo Grönholm, una adaptación libre de la obra de teatro que puso en marcha Jordi Galcerán y que todavía se puede ver en los teatros de Madrid y Barcelona.
La cinta, dirigida por el argentino Marcelo Piñeyro (autor de Plata quemada o Kamchatka), se desarrolla casi en su totalidad en una sala de reuniones en la que ocho aspirantes pasan por diversas pruebas para conseguir un único puesto de trabajo. Es el intento de Piñeyro de desenmascarar la lucha feroz por el éxito que invade a la sociedad actual; como si de una obra de teatro se tratase, abandona la importancia del espacio y se la concede a los diálogos y a la fuerza expresiva de los protagonistas.
Pregunta: ¿Cuál es su papel en El Metodo Grönholm?
Respuesta: Soy una chica dentro de un grupo de aspirantes a un puesto de trabajo. Cada uno de los protagonistas representamos un prototipo de persona. Mi papel podría definirse con la etiqueta de joven aunque sobradamente preparada. Además como le ocurre al resto de personajes no persigue sólo el éxito, sino que está inmersa en una inercia de juego.
P: Najwa Nimri, Eduardo Noriega, Ernesto Alterio, Carmelo Gómez, Natalia Verbeke, Adriana Ozores . Ocho pesos pesados del cine para un sólo puesto de trabajo ¿Realmente sólo hay un ganador en la película?
R: El método Grönholm no es una película de ganadores; algunos lo parecen, pero en realidad todos de una manera u otra perdemos. No te puedo decir lo que ocurre, eso tendrás que verlo.
P: Un solo escenario. Un espacio cerrado. ¿No produce una especie de claustrofobia?
R: Sí, un poco sí. Es un rodaje duro, vamos a estar aquí un mes o más rodando alrededor de doce horas al día, grabando en un espacio cerrado donde todo el peso recae en el diálogo y en la fuerza que seas capaz de transmitir. Todo es muy intenso.
P: ¿Aún no le ha atacado la fiebre de triunfar en Hollywood que últimamente amenaza a las actrices españolas?
R: No creo que haya una fiebre ni que ese sea el objetivo de los actores, es sólo que allí está la mayor industria y es lógico que se tienda a labrarse un camino en esa dirección, pero lo que prima es tener una buena historia, indiferentemente del lugar. En Hollywood se escriben muchísimos buenos guiones y esta lleno de actores estupendos por ello es lógico que la gente se ponga como meta trabajar allí, pero de momento ese no es mi objetivo.
P: En verano rodó 20 centímetros, de Ramón Salazar, con quien ya trabajó en Piedras. ¿Puede presumir casi siempre de que quien la prueba como actriz repite?
R: Sí, es cierto, suelen repetir. En 20 centímetros en principio tan solo iba a hacer la banda sonora, pero al final acabé haciendo un pequeño papel. En principio estaba embarazada y no quería hacerlo, pero al final empecé la grabación embarazada y la acabé con una barriga postiza. No es una película donde salgo especialmente guapa [risas].
P: Amenábar ya contó con usted en Abre los ojos, ¿cree que repetirá con él?
R: Por desgracia, podemos decir que Amenábar es un amor de una noche [risas]. Para él lo fundamental es la historia. Tiene todo muy claro y busca al actor que él considera perfecto para ese personaje, le da igual si has trabajado con él antes o no. Estoy segura de que cuando me eligió para hacer de Nuria en Abre los ojos, estaba convencido de que nadie podía hacer ese papel mejor que yo. Creo que si en el futuro ve que un papel es para mí no lo dudará.
P: Después de la popularidad de Abre los ojos, y las dos cintas de Julio Médem en las que trabajó (Los amantes del círculo polar y Lucía y el sexo), ¿se sintió un poco abrumada por la fama?
R: En ocasiones sí, pero no te das cuenta en ese instante, es después cuando ha pasado el tiempo y te paras a pensar un poco cuando te das cuenta. Hubo un momento, cuando me propusieron hacer Abre los ojos, en que no quería hacerla, estaba centrada en trabajar sólo con Daniel Calparsoro, que entonces era mi marido, pero al final acepté y fue cuando me di cuenta de estaba de lleno en el mundo del cine. Ese trampolín y el de Médem, no sólo tuvo una acogida increíble en España sino que también conocían tu trabajo en Estados Unidos o en Japón, y eso, al principio, da miedo. Pase de ser una desconocida a ser una actriz que había participado en películas de talla internacional y que además contaban con el favor del público. Para mí el detalle más significativo fue que empecé a usar gorra para que la gente no me reconociera por la calle.
P: ¿Alguna vez se ha arrepentido de rechazar un papel después de ver el resultado del proyecto?
R: Sólo una vez, aunque no voy a decir en cual. La verdad es que he tenido mucha suerte ya que me ha pasado casi lo contrario, que he rechazado el papel y después al ver el resultado final he dicho: menos mal que no acepte.
Pero el trabajo de Najwa Nimri no termina en los rodajes y llega hasta los escenarios, como cantante. Tiene una voz frágil y sugerente que ha llevado a numerosas bandas sonoras y a varios anuncios de televisión. Rompió esquemas en el panorama musical español con el dúo que formó junto a Carlos Jean, para después probar en solitario. Su segundo álbum, Mayday, se ha paseado con éxito por los escenarios de ciudades como Sevilla, Valencia, Madrid o Barcelona.
P: Todas sus canciones son en inglés. ¿Ha pensado grabar algo en castellano?
R Me sale componer en inglés de forma natural. He hecho algunos intentos en castellano pero quien lo ha escuchado no ha quedado muy contento, no me identifican; algún amigo, incluso, me ha llegado a decir: "¡Pero si se entiende lo que dices!".
P: ¿Tiene pensado lanzar pronto un nuevo disco?
R: Siempre estoy pensando en la música, en componer, es algo que necesito hacer. No lo hago por obligación sino por necesidad, busco ratos libres y me pongo a crear, lo necesito. Así que claro que habrá próximo disco.
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