El corazón del rey que no lo fue
El órgano vital de Luis XVII será enterrado mañana en la cripta real de la Basílica de Sanit-Denis
Luis XVII nunca llegó a reinar. Su padre, Luis XVI fue derrocado y decapitado junto a su mujer, María Antonieta. El pequeño Luis fue recluido y tres años más tarde murió víctima de la tuberculosis. El médico que le realizó la autopsia decidió extraer el corazón del cadáver y lo conservó en alcohol. Sin embargo, nunca estuvo clara la auténtica procedencia del órgano vital. Ahora, el ADN ha dado su veredicto: es el corazón de un Habsburgo. Aclarada la identidad, la urna va a ser ahora enterrada en la cripta real de la basílica de Saint-Denis, cerca de París. Hasta la ceremonia de mañana se encuentra expuesto en una iglesia del centro de la capital.
Babelia
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