RTVE celebra las oposiciones canceladas por una filtración entre la rabia y el hastío de los candidatos
Cientos de aspirantes repiten el examen para el puesto de informador en el Campus madrileño de la Complutense en Somosaguas, marcado por una menor afluencia de participantes
A las cinco en punto de la tarde de este sábado, RTVE ha dado comienzo a la celebración de las oposiciones canceladas el pasado 29 de septiembre por una filtración, marcado por una menor afluencia de participantes: Tres mil de los 5.000 convocados. En esta ocasión no se han registrado incidentes reseñables, más allá de la falta de agua en algunos cuartos de baño de las instalaciones donde ha transcurrido la prueba provocada por la rotura de una tubería que puso en riesgo la nueva convocatoria. Los candidatos entraban minutos antes de la hora señalada a las aulas de las facultades de Económicas, Psicología y Políticas destinadas a tal fin en el Campus madrileño de la Universidad Complutense en Somosaguas. Todos lo hacían entre el silencio y los cuchicheos, pero con una sensación general de rabia, hastío y desgana. En la puerta de entrada a una de las aulas de la facultad de Económicas, un cartel advertía a quienes cruzaban el umbral: “Está prohibido el uso de dispositivos electrónicos susceptibles de emitir y recibir información durante la realización de la prueba”.
Una hora antes de entrar a la Facultad de Económicas, Marina Sala, periodista madrileña de 34 años, daba de mamar a Bintu, su bebé de cuatro meses, sentada en un banco cercano. Le acompañaba Marc, el padre de la criatura. Sala ha pasado estudiando para este examen desde que nació su hija. “Solo quiero que esto acabe ya. Estoy harta y necesito vivir una maternidad que no he podido disfrutar”. Ella es una de los 5.000 opositores convocados para esta prueba. Y como muchos otros concurrentes, manifiesta “rabia” por haber tenido que repetir el examen tras el escándalo de la filtración de gran parte de las preguntas y respuestas de la anterior prueba suspendida hace un mes.
Fue entonces cuando el responsable de recursos humanos en la corporación de medios públicos españoles se asomó por una ventana del primer piso de esta misma facultad de Económicas para dar un discurso a los opositores presos del desconcierto. Mientras miraba la pantalla de su teléfono móvil, el directivo de RTVE anunció de viva voz el aplazamiento del examen entre la indignación de los opositores. A ellos les había llegado un mensaje de la cancelación de la prueba por “causas de fuerza mayor” mediante la plataforma interna tres minutos antes de su celebración a las 11 horas de aquel domingo.
Desde entonces hasta ahora se han sucedido sendas denuncias ante la Policía presentadas por RTVE y el sindicato Comisiones Obreras, derivadas a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF); la dimisión del anterior tribunal de oposiciones y la creación de uno nuevo; una investigación interna puesta en marcha por la corporación; una detención y puesta en libertad por la filtración que provocó la suspensión de la prueba; y la puesta en marcha de un expediente disciplinario a un trabajador de RTVE después de que EL PAÍS publicase que el nombre de un representante designado por UGT en el anterior tribunal de oposiciones aparecía en los metadatos del documento de la filtración. Sin embargo, nada de lo acaecido ha sido suficiente para que muchos de los opositores cuenten con garantías de la limpieza en el proceso.
Sigue sin esclarecerse quiénes fueron los autores de la filtración del examen ni quiénes recibieron aquel documento. Y hay quienes también han desistido de volver a presentarse a la prueba de este sábado. “No quería ir a que vuelvan a reírse en mi cara”, dice Jesús del Pino, periodista de 35 años que sí estuvo el pasado 29 de septiembre en la convocatoria frustrada. “Después de todo lo que he visto publicado y de que no se haya aclarado la investigación, ¿qué garantías hay de que no vuelva a ocurrir lo mismo”.
Para esta nueva prueba, RTVE puso en marcha un plan anti-filtración que no se ha cumplido en su aspecto temporal. Como contó EL PAÍS, el nuevo examen estaba impreso desde el pasado jueves, con dos días de antelación a la celebración de la prueba. La empresa se había comprometido a reducir ese plazo y asegura que lo intentaron, pero al final ha sido el mismo que medió en la anterior convocatoria. Desde la corporación argumentan que la imprenta no contaba con personal suficiente al ser festivo este viernes.
El resto de aquel plan anti-filtración preveía que solo una persona del tribunal de oposiciones (compuesto por diez vocales, cinco de ellos elegidos por la empresa y los otros cinco por las secciones sindicales de UGT, Comisiones Obreras, SI y USO) conocería todas las preguntas y respuestas del examen. Además, se contaría con un cuestionario de reserva que no estaba previsto en la anterior prueba. Los 10.000 cuadernillos de los dos exámenes han permanecido custodiados en un área de la sede madrileña de RTVE en Prado del Rey hasta su traslado este sábado al campus de Somosaguas, según fuentes de la corporación. Además, los integrantes del nuevo tribunal opositor han permanecido hasta la finalización del examen, previsto a las 20 horas, aislados en una estancia del Campus universitario. Los 800 candidatos con las mejores calificaciones, que se conocerán la semana que viene, podrán realizar la siguiente prueba práctica para optar a los dos centenares de plazas en juego.
RTVE recordó también estos días en un comunicado con motivo de la gota fría que ha dejado más de dos centenares de muertos, y que afecta gravemente a las infraestructuras de la Comunidad Valenciana, la posibilidad de los candidatos afectados de solicitar la realización de este examen en otra fecha posterior. No ha sido el caso de la hija de Carlos Baixauli, ingeniero agrónomo de 58 años que reside en Picassent y trabaja en una explotación de Paiporta, una de las localidades arrasadas por la dana. Mientras su hija realizaba el examen, Baixauli esperaba con su esposa para regresar todos juntos en coche. “Hemos venido desde Picassent por la A-3, hasta que a la altura de Torrente nos han desviado por otras vías y hemos podido retomar la principal. Hemos tardado tres horas y media y nos volvemos cuando acabe mi hija el examen esta misma noche. Ella no pidió hacerlo en otra fecha porque necesitaba quitarse ya esto de encima. Yo también tengo que regresar a nuestra explotación agrícola. Ayer cogí 1.000 kilos de granadas y con un amigo fuimos a repartirlas por otros pueblos afectados a bordo de un tractor”.
Otra opositora es María, de 59 años, periodista del sector audiovisual que ha trabajado en “todas las cadenas” españolas, y que aspira a una plaza “para cotizar al menos” lo que le queda para jubilarse. Reafirma su “desilusión” por haber tenido que repetir la prueba. Y su deseo de “que acabe ya esto”. Otros jóvenes candidatos arremolinados junto a la puerta de la facultad de Económicas, todos ellos trabajadores interinos de RTVE que buscan plaza fija con estas oposiciones, explicaban la existencia de un ambiente de “desconfianza” y “crispación” entre compañeros dentro de la corporación por haberse producido una filtración del anterior examen desde dentro. Todos venían de distintos puntos de la península. Y una de ellas, en AVE desde Málaga: “Me he quedado esta vez en casa de un amigo porque los hoteles estaban carísimos en Madrid por el puente. Ya me gasté lo que había ahorrado en la anterior convocatoria. En el fondo es una frustración tener que volver a venir aquí”. Al salir de la prueba, varios opositores han afirmado: “Este examen ha sido más sencillo que el que se filtró”.
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