Las últimas lluvias entierran la sequía y disparan las reservas de agua embalsada en España
Las precipitaciones de los primeros días de marzo, que igualan a la media de este mes completo, hacen que el nivel de los pantanos aumente en casi tres puntos porcentuales
Las últimas lluvias sostenidas durante marzo, que todavía continuarán esta semana y la que viene en buena parte del país, han dado la puntilla a la sequía en España, una escasez de precipitaciones que había llevado a aplicar restricciones en los últimos años al consumo urbano, la agricultura y la generación hidroeléctrica en muchas cuencas. Pero la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha confirmado este martes que se puede dar por concluida la sequía meteorológica, tanto a un año vista como la de larga duración, a tres años. “Analizando las lluvias acumuladas en los últimos 12 meses, a finales de febrero ya no había sequía a un año”, ha sentenciado en una conferencia de prensa Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. Y “la sequía de larga duración, en la que España entró a finales de 2023 y que aún perduraba a finales de febrero, se acabará revirtiendo también muy probablemente con lo que está lloviendo este marzo”.
Este mes ha comenzado con mucha fuerza: en los primeros nueve días se ha acumulado en el conjunto del país 59,5 litros por metro cuadrado, tanto como suele hacerlo en un marzo completo. “En la mayor parte de la Península incluso ha llovido tres veces más de lo habitual”, se maravilla Del Campo. “Para encontrar un arranque de marzo similar habría que remontarse al de 2018, que fue el más lluvioso desde que hay registros con 163 litros y que también terminó con otra dura sequía”, ha comparado el experto.
Cuando se habla de sequía hay que tener en cuenta que existen varios tipos, aunque todos relacionados: la meteorológica (déficit de lluvia), la agrícola (déficit de humedad en el suelo) y la hidrológica (déficit en las reservas de agua, como en los embalses). Generalmente, la meteorológica es el principal desencadenante del resto. Y al revés también funciona esta relación: porque las abundantes precipitaciones disparan esa humedad del suelo y las reservas, como ha ocurrido ahora. En solo una semana, el agua embalsada en el conjunto de España se ha disparado en 2,9 puntos. El conjunto de los pantanos están ahora al 60,9%, lo que supone superar cómodamente la reserva media de los últimos diez años, según los datos del boletín semanal que publica el Ministerio para la Transición Ecológica.
La zona en la que se ha producido un mayor incremento —de ocho puntos porcentuales— de estas reservas es precisamente la Cuenca Mediterránea Andaluza, una de la que ha atravesado más problemas en los últimos años. Si se compara con los datos de hace justo un año, el incremento es de 17 puntos porcentuales. El aumento en la cuenca del Tajo, donde en los últimos días se han decretado alertas por el incremento del cauce de los ríos, también ha sido considerable y ha llegado a los seis puntos en los últimos siete días.

En el Guadalquivir, una cuenca que se ha visto golpeada por la sequía en los últimos años, la reserva de agua embalsada es ahora 15 puntos mayor que hace 12 meses. Pese a todo, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha resaltado este martes que la situación en esta amplia cuenca es muy dispar, porque las precipitaciones se han concentrado en la parte más occidental, aumentando las reservas de Sevilla, Huelva y, en menor medida, Córdoba. Pero en la zona de Jaén y Granada se mantienen niveles más bajos. “Este escenario hace que los embalses del sistema de regulación general, que suministra agua a más del 80% del regadío de la cuenca y que está en situación de alerta, presenten aún un déficit de más de 1.100 hectómetros cúbicos respecto a la media histórica de los últimos 25 años”, ha señalado esta confederación a través de un comunicado. Esta entidad está a la espera de ver cómo evolucionan las reservas para saber si se reducen las restricciones que siguen teniendo los regadíos.
En otras zonas del país, donde también han subido el nivel de los embalses, las autoridades también optan todavía por la prudencia. Es el caso de Cataluña, donde se ha vivido en los últimos años la peor sequía desde que existen registros. La Generalitat, a pesar de que se atisba ese final del estiaje, ha señalado este martes que no levantará, por el momento, las actuales restricciones que todavía afectan a 542 municipios, Barcelona incluida.
En estos momentos, teniendo solo en cuenta los datos de la reserva global del país, los embalses están al 60,9%, lo que supone 2,8 puntos por encima de la media de la última década. Si se compara con los datos del pasado año, cuando todavía se notaban los efectos de la sequía prolongada, la reserva está 6,2 puntos por encima ahora.
La primavera de 2024 ya había sido buena en cuanto a lluvia caída y había empezado a romper la tendencia. A eso se le unió el otoño pasado, que fue, en su conjunto, húmedo. La precipitación media sobre la España peninsular fue de 236,5 litros, el 118% del valor normal del trimestre en el periodo de referencia 1991-2020. Este invierno pasado, sin embargo, ha sido seco y las precipitaciones han sido un 77% de lo normal, según el balance que ha realizado este martes la Aemet.
Pero las tornas empezaron a cambiar en febrero y han virado completamente en lo que llevamos de marzo. Para explicar lo que ha llovido en el arranque de este mes, Del Campo ha tirado de varios gráficos, como el que muestra que en Girona han caído hasta ahora 50 litros, lo que suele acumularse a principios de abril. En Madrid, van ya 100, prácticamente lo que llueve en toda la primavera; en Jerez de la Frontera (Cádiz) se acercan a los 150, más de lo que llueve en toda una estación promedio; y en Alcantarilla (Murcia), más de 125 litros, bastante más que una primavera normal.
Y lo mejor es que no se vislumbra el fin a esta dinámica húmeda, ya que a la borrasca Jana, que sigue dejando este martes lluvias generalizadas, seguirá el miércoles y el jueves otra borrasca con nombre, Konrad, que dejará entre 50 y 100 litros más en las zonas donde va a ser más generosa, el tercio sur ―sobre todo en el entorno del Estrecho, Andalucía y sistemas Béticos― y el extremo norte.
La razón por la que llueve tanto estos días, más que en países como Irlanda, es la existencia de un anticiclón de bloqueo, muy persistente, que abarca el norte de Europa y que obliga a las borrascas a circular una tras otra por latitudes más bajas de lo normal. ¿De estos también tiene la culpa el cambio climático? Es posible, pero a diferencia de lo que ocurre con las temperaturas, no está tan analizado. “Hay algunos estudios, pero se necesita tener más encima de la mesa para que sean conclusiones más sólidas”, ha concluido Del Campo.
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