Conejos, sapos, gatos, erizos: la carretera mata a 55 millones de vertebrados cada año
Un estudio del Ministerio para la Transición Ecológica señala los animales que más bajas sufren por atropello o atrapados en diferentes elementos de las vías que fragmentan el territorio
El conejo, el sapo común, el gato doméstico, el erizo europeo, el sapo corredor, el gorrión común y la lagartija colilarga son los vertebrados que más bajas sufren en las carreteras españolas que fragmentan el territorio. Sus muertes pasan desapercibidas, porque al toparse con los vehículos no provocan accidentes de tráfico importantes como los jabalíes o corzos. Lo único que queda de estos anfibios, reptiles, pequeñas aves y mamíferos son unos restos aplastados en calzadas o en cunetas a los que solo prestan atención los carroñeros del entorno. También pueden morir por colisión o al quedar atrapados en diferentes elementos de la vía como pantallas, vallas, cables, tensores, desagües...). En total, las infraestructuras de transporte podrían afectar hasta a 55 millones de vertebrados al año, indica un estudio del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
El documento, en el que han colaborado cientos de voluntarios y que ha sido validado por la Estación Biológica de Doñana (CSIC), concluye que, de forma global, los mamíferos son el grupo más atropellado (37 %), seguido por las aves (32 %), los anfibios (17 %) y los reptiles (14 %). “Son unos resultados tremendos, cuando se habla de atropellos parece que solo se presta atención si es un lince, un oso o animales de gran tamaño como los ungulados silvestres, que por supuesto causan muchos siniestros graves, pero por cada uno de ellos mueren decenas de miles de vertebrados pequeños”, sostiene Paco García, miembro de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos, que ha participado en el informe.
Hasta este momento solo existía un estudio realizado por la Sociedad para la Conservación de los vertebrados de 2003, que estimó que se producía una mortalidad anual de 30 millones en España. “Desde la elaboración de aquel informe a la actualidad, se han documentado declives poblacionales notables en especies con gran importancia en estudios de mortalidad en carretera, como los anfibios”, indica el nuevo estudio que ha tenido en cuenta los datos previos existentes.
Alberto Álvarez, experto en anfibios de la Facultad de Veterinaria de Madrid, explica que el problema con los sapos se produce sobre todo en época de reproducción. “Son animales terrestres, pero cuando llega ese momento el sapo común necesita ir a una laguna o una charca determinada a reproducirse y si hay una carretera en medio mueren cientos de ejemplares con hembras cargadas de miles de huevos, y los que sobreviven tienen que volver a cruzar la carretera para regresar a su territorio habitual”, explica. No solo eso, añade, cuando los renacuajos son pequeños sapitos —“caben tres en una moneda de euro”—, también atraviesan la carretera. “Una sangría, que en Madrid ha acabado con la mejor población de sapo común que vivía en el entorno de la carretera M-301″, concreta.
El papel de los voluntarios
El proyecto no se podría haber llevado a cabo sin los voluntarios, destaca el ministerio. Entre el 9 de octubre de 2020 y el 31 de marzo de 2024 participaron en el proyecto SAFE (Stop Atropellos de Fauna Amenazada en España) casi 300 voluntarios, que emprendieron 304 recorridos diferentes por carreteras de todo tipo, incluso pistas. De estos trayectos, 79 se realizaron a pie, 60 en bicicleta y 190 en coche. Al final, se contó con 9.203 observaciones en unas rutas que abarcaron 97.755 kilómetros.
No se ha cubierto todo el territorio, faltaron cinco provincias de las 50 del territorio nacional: Almería, Girona, Gipuzkoa, Ourense y Santa Cruz de Tenerife y hubo amplias áreas sin analizar. A pesar de ello, “el grado de cobertura de los muestreos puede considerarse representativo de la variabilidad ambiental y faunística del país”, sostiene el ministerio.
Los resultados dibujan “un panorama preocupante de la mortalidad vial en España, con millones de animales de diversos grupos funcionales afectados anualmente”. Y aunque algunas especies pueden tener poblaciones grandes y resilientes, otras, especialmente aquellas ya en declive o con poblaciones pequeñas, pueden estar en mayor riesgo debido a la mortalidad adicional causada por el tráfico. Estos datos, continúa el informe, ponen de manifiesto “la necesidad crítica de implementar medidas de conservación y mitigación para proteger la biodiversidad y reducir las muertes de fauna en las carreteras”.
El Ministerio advierte de que “este documento” supone “más que un resultado final, una hoja de ruta para futuros estudios”. La nueva publicación también incluye prescripciones técnicas y recomendaciones para estandarizar y mejorar la evaluación de la mortalidad de fauna en las infraestructuras de transporte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.