La Fiscalía abre una investigación sobre el origen de los ‘pellets’ que desde hace años contaminan las playas de Tarragona
El ministerio público trata de aclarar la autoría de este presunto delito medioambiental tras el expediente de la Generalitat a varias empresas del sector petroquímico
La Fiscalía de Tarragona va a abrir una investigación para tratar de determinar el origen de los pellets que inundan desde hace décadas las playas de Tarragona, según han confirmado a EL PAÍS fuentes judiciales. El objetivo es tratar de aclarar la autoría de un presunto delito contra el medio ambiente. Las organizaciones que han analizado el problema tienen claro que los microplásticos hallados en el litoral proceden del complejo petroquímico de Tarragona, que los pierde por millones a lo largo de la cadena logística.
No es la primera vez que la Fiscalía trata de determinar responsabilidades penales por la contaminación causada por los pellets, esferas diminutas que son la materia prima de muchos objetos de plástico. En 2019, el fiscal delegado de medio ambiente de Tarragona, José Ignacio Monreal, abrió una investigación a raíz de un informe del Seprona, el servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil. Las diligencias fueron archivadas por lo que en términos penales se conoce como falta de autor conocido: no fue posible determinar ninguna responsabilidad en la presencia de los pellets y, además, algunos informes de toxicología apuntaban a que no existía riesgo ambiental. Volvió a la carga en 2021 tras la denuncia de una organización local, pero el destino de esas pesquisas también fue el archivo.
El pasado diciembre se produjeron dos hechos decisivos que han conducido a la reapertura de las investigaciones. Por un lado, el vertido del buque Toconao que ha afectado a las costas de Galicia y ha provocado una crisis política que ha puesto sobre la mesa la realidad de los pellets, hasta ahora desconocida para buena parte de la población. Por otro lado, la Generalitat abrió un expediente por responsabilidad ambiental contra ocho empresas (luego ampliado a 13) de la petroquímica de Tarragona tras una denuncia de las dos entidades (Good Karma y Surfriders) que lograron documentar, de forma rigurosa, el origen de estas bolitas de plástico.
El análisis de estas dos organizaciones, cuyas conclusiones fueron presentadas ante el Parlamento Europeo, señala que millones de pellets se pierden a lo largo de la cadena de valor (producción, transporte, reciclaje) y caen en zanjas y otros espacios cercanos a las fábricas. Los temporales, especialmente los de Levante, hacen el resto: empujan todo ese material, a través de las rieras (en especial, por la desembocadura del río Francolí) hasta el mar, y luego los vientos lo llevan hasta las playas. La de la Pineda, en el municipio de Vila-seca, es una de las más afectadas por este daño ambiental que es recurrente y no accidental como en el caso de Galicia.
El fiscal de sala de medio ambiente, Antonio Vercher, remitió el pasado viernes un escrito a Monreal para que abra diligencias de investigación. En el oficio, al que ha accedido este diario, se hace eco del expediente abierto por el Departamento de Acción Climática del Gobierno catalán sobre los “vertidos reiterados en playas de la provincia de Tarragona”. Vercher considera que existen más posibilidades de obtener una respuesta en la vía penal sobre el origen y autoría de los vertidos gracias a la información que, subraya, obra en poder tanto de los Agentes Rurales de la Generalitat como de los Mossos d’Esquadra. El fiscal pide coordinar estos dos cuerpos y la Guardia Civil para “llevar a cabo la investigación”.
Vercher, en declaraciones a este diario, reconoce la dificultad para combatir judicialmente este tipo de problemas medioambientales. “La Unión Europea se ha empezado a preocupar y está adaptando su normativa”, señala. En estos momentos, las instituciones europeas tienen sobre la mesa una propuesta de la Comisión, presentada en octubre, para la aprobación de un reglamento centrado en la “contaminación por microplásticos por la pérdida no intencionada de pellets” que persigue prevenir estos vertidos de granzas y cuya tramitación ha ganado en importancia con el caso del Toconao.
Hace una semana, el fiscal de sala decidió abrir una investigación por el vertido en las costas gallegas debido a la “contaminación por microplásticos” generadas por unas granzas que “presentan indicios de toxicidad” y “no son biodegradables”. En su escrito, Vercher mencionaba también de pasada el caso de Tarragona. Paralelamente a las acciones tomadas por el fiscal de sala, la semana pasada el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Noia, en A Coruña, abrió diligencias por un posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por el vertido en la costa gallega de los pellets. Y, según Vercher, será en ese juzgado donde se quede la investigación sobre el vertido desde el Toconao.
Hasta ahora, según los datos facilitados este lunes por la Xunta de Galicia, se han retirado el equivalente a 92 sacos de 25 kilos de pellets de las playas de esta comunidad, unos 2.300 kilos. El operativo de limpieza, que arrancó a principios de mes, trabajaba este lunes en 63 playas.
Tratado internacional
El caso de Galicia y la vuelta a la actualidad de la contaminación en las playas de Tarragona han puesto el foco claramente sobre este tipo de polución. “La reducción de la contaminación por plásticos es prioritaria para nuestra salud y la de nuestros ecosistemas”, advirtió este lunes la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a través de la red social X. Ribera también se refirió a la necesidad de que se cierre un tratado internacional sobre este tipo de contaminación.
En el seno de la ONU se está debatiendo este nuevo tratado cuyo texto, teóricamente, debería estar listo este año, aunque el proceso no ha avanzado a la suficiente velocidad. El principal debate se centra en si el acuerdo debe centrarse solo en la contaminación o si debe fijarse también como objetivo frenar la producción de plástico virgen como forma de incentivar el reciclado, cuyas tasas siguen siendo muy bajas en el planeta. WWF recordó este lunes a través de un comunicado que todos los años llegan aproximadamente unas 230.000 de toneladas pellets a nuestros mares. “Necesitamos urgentemente un tratado global contra el plástico”, resaltó esta organización ecologista. Y, en la Unión Europea, se requiere “una propuesta de legislación ambiciosa para reducir los vertidos de microplásticos, incluidos este tipo de pellets”, añadió WWF sobre el reglamento que deben acordar las instituciones comunitarias.
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