La desesperación ante las llamas en Rodas: “Los hidroaviones parecen mosquitos, no consiguen nada”
Un incendio forestal obliga a evacuar a 30.000 personas, entre ellos más de 15.000 turistas, y avanza sin control por la ola de calor combinada con fuertes vientos
Grecia se quema. Como cada año. Este julio la peor parte se la llevan Ática, la región de Atenas, y la isla de Rodas, uno de los centros turísticos del país; y este domingo se han detectado nuevos incendios en el Peloponeso, Eubea, Tesalónica y otras zonas del país, lo que dificulta la concentración de medios en Rodas mientras el incendio sigue sin ser controlado. Esta vez el termómetro no da tregua y se espera superar el récord de 1987. La ola de calor ―por encima de los 39 grados― que azota Grecia será la más extensa en la historia del país, según los cálculos del Instituto Meteorológico Nacional, que informa de temperaturas máximas de hasta 45 grados durante este fin de semana. A ello se une que casi cada día hay meltemi, fuertes vientos del norte que soplan sobre el mar Egeo desde mediados de mayo hasta mediados de septiembre.
Dimitris Zanetoulis asiste impotente al avance de las llamas en Rodas. “Veo un frente de unos cinco kilómetros que avanza hacia donde estoy”, cuenta por teléfono. Zanetoulis, de 61 años y maestro de profesión, está entre Kiotari y Lardos, dos de los principales destinos turísticos en el sur de la isla. Ha ido a ayudar en la evacuación de quien lo necesite. “Es dramático, el fuego comenzó el lunes y los primeros dos días ni siquiera había viento. Se permitió que el fuego avanzara a base de errores y ahora [cinco días después], está descontrolado y amenaza pueblos enteros y cinco grandes complejos hoteleros”.
Zanetoulis es consejero municipal en Asklipio, una pequeña localidad de apenas 500 habitantes que se encuentra, exactamente, en la dirección en la que avanza el incendio. “Tengo miedo de que, en pocas horas, el fuego llegue hasta los olivos del pueblo. O peor, hasta las casas”, dice en un tono calmado que contrasta con la gravedad de la frase. “La única manera de evitarlo sería contar con 10 hidroaviones, pero hay incendios en muchos otros lugares y sé que no es posible destinar todos los medios a este”, reconoce con el mismo tono.
El consejero municipal se queja de la falta de coordinación entre administraciones: “Cada cual hace lo que quiere, los bomberos por un lado, el Estado por otro y el Gobierno regional a su bola”. Según él, los errores no acaban aquí: “Nosotros limpiamos el pueblo e hicimos cortafuegos, pero hace años que no se limpian y no se destinan recursos”.
Sin víctimas personales
Este domingo, durante todo el día, los bomberos han tratado de salvar el centro urbano de Asklipio, donde viven los vecinos. Se ha quemado la zona marítima del pueblo donde hay, sobre todo, residencias de veraneo. Y, según la prensa local, el frente principal del incendio es un triángulo, con dos de sus vértices cerca del mar y una en las montañas. Cada flanco supera los 10 kilómetros de longitud. Han ardido una iglesia y decenas de casas, pero no se han registrado víctimas personales. Los residentes temen que el ganado haya corrido peor suerte, pero, hasta que el fuego no esté controlado, no podrán comprobarlo. Según un vídeo subido a Facebook por un habitante de la isla, en Kiotari arden hoteles, comercios, farmacias y agencias de coches de alquiler.
El concejal de Rodas Teris Hatziioannou declaró a los medios locales que las autoridades habían previsto evacuar a 30.000 personas con la asistencia de la Guardia Costera, las Fuerzas Armadas y las autoridades locales. 15.000 turistas recibieron la orden de salir de sus hoteles. Antonis Berdis, residente en Rodas de KTEL ―el principal servicio de transporte público interurbano de Grecia― explicó que su empresa pública movilizó 15 autobuses para transportar a los turistas.
Miles de turistas caminaron hasta las playas, a la espera de ser trasladados a la capital de la isla. Los primeros 2.500 fueron trasladados en embarcaciones de los guardacostas y lanchas privadas. A las 20.10 hora local (19.10 hora peninsular española) la cuenta oficial del Ministerio de Crisis Climáticas y Protección Civil publicó un tuit que encendió los ánimos de quienes aún no sabían cómo ni cuándo iban a ser evacuados: “Las zonas afectadas representan menos del 10% de la capacidad turística total de Rodas”.
El portavoz del cuerpo de bomberos, Yannis Artopios, dijo el sábado por la tarde que más de 200 bomberos y 40 camiones de bomberos estaban operando sobre el terreno, asistidos por tres aviones y cinco helicópteros. El contingente incluye 31 bomberos llegados de Eslovaquia con cinco camiones.
El sábado a media tarde, el primer ministro heleno Kyriakos Mitsotakis se desplazó al Centro Nacional de Coordinación de Operaciones y Gestión de Crisis, desde donde se coordinan las labores de extinción. El Ejecutivo afronta críticas de la oposición, por lo que esta considera falta de medios. A las 21.00 hora local, la policía nacional anunció que había fletado un avión Hércules C130 con 150 policías a bordo para reforzar el operativo en Rodas.
La conversación con Zanetoulis se interrumpe por un momento: “El fuego se acerca, tenemos que irnos de aquí”, dice sin perder la calma. Pero continúa apenas unos segundos después, mientras camina hacia un lugar seguro. “Tenemos nuestros coches aquí, pero no podemos ir a ningún lado. Todas las carreteras están cortadas”. Zanetoulis se dispone a pasar la noche en una playa, junto a cientos de turistas evacuados y decenas de voluntarios que, como él, se han acercado para echar una mano.
A las 9.00 de este domingo, la hora acordada para volver a contactar, Zanetoulis no puede hablar. “Se está quemando mi pueblo, prueba a llamarme en media hora”, dice escueto. Va a ser un día muy duro. Los bomberos se preparan para trabajar en condiciones aún más difíciles que el sábado porque la previsión meteorológica anuncia que los vientos alcanzaran el grado 8 de la escala de Beaufort, una medida que evalúa su intensidad, siendo 1 calma y 12 vientos huracanados.
Un poco más tarde, Zanetoulis cuenta que no ha dormido en toda la noche. El hombre tranquilo de la noche anterior es ahora una persona con la voz partida que llora al pensar cómo se lo va a contar a sus padres. “Y qué va a ser de nuestros hijos rodeados de cenizas”, dice antes de quedarse en silencio.
En los ferris desde Atenas han llegado cientos de bomberos y policías este domingo para relevar a los efectivos locales, que llevaban trabajando sin descanso muchas horas. Además de vehículos adicionales con alrededor de una sesentena de bomberos, que se unieron a los cinco helicópteros y 10 aviones, siete griegos, dos turcos y uno croata, que ya operaban en la isla.
Zanetoulis no es optimista: “Siguen los mismos errores, sigue sin haber un plan conjunto. Los hidroaviones llegan, operan dos horas y se van. Son aviones pequeños, parecen mosquitos que no consiguen hacer nada”.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.