Gibraltar dice que habrá vertidos de fuel “inevitables” del buque semihundido durante el resto del verano
Las tareas para recuperar el combustible se están viendo ralentizadas por la entrada de agua en la sala de máquinas
Los equipos de rescate de Gibraltar ya han conseguido extraer casi la mitad del fueloil que se encuentra en el interior del granelero semihundido en la cara de levante del Peñón desde la noche del lunes. Tras conseguir extraer unas 250 toneladas de gasóleo entre el jueves y el viernes, la empresa designada para las tareas, Resolve Marine Services, se afana en apurar el vaciado del primero de los tanques cargados con fuel bajo en azufre ―un combustible para barcos más denso y contaminante que el gasóleo― para luego centrarse en el segundo. En ambos tanques, el OS35 guardaba un total de 215 toneladas de combustible como autoconsumo. Las tareas han sufrido complicaciones que ralentizan el proceso, mientras el Gobierno de Gibraltar reconoce que habrá vertidos “inevitables” durante el resto del verano, hasta que no se recupere el mercante.
El buque, cargado con barras de acero, permanece parcialmente hundido en la zona de Catalan Bay, a 700 metros de la costa gibraltareña y a 2,2 kilómetros de la playa de Levante de La Línea de la Concepción (Cádiz). Desde ese punto comenzó a verter fueloil durante la jornada del jueves, después de que el día anterior el casco del buque se combase, varado controladamente en un banco de arena a 17 metros de profundidad. Desde entonces, los equipos dirigidos por la Autoridad Portuaria de Gibraltar y con el apoyo de Salvamento Marítimo español se han afanado en intentar contener y recoger una mancha de extensión indeterminada que se encuentra a la deriva en las inmediaciones del Estrecho. Para ello, están empleando distintos tipos de barreras desplegadas en el mar y equipos anticontaminación —como los skimmers— embarcados en buques como los españoles Luz de Mar o Clara Campoamor.
Las operaciones de “desespumado” o eliminación de vertidos son continuas, “pero tienen límites”, según ha asegurado este sábado el Gobierno de Gibraltar en un comunicado. Dentro de la barrera existente cerca del barco están resultando más exitosas que en mar abierto, donde el velo de fuel es ligero: “Necesita ser acorralado en parches más densos para poder ser recogido”, explican las autoridades. Para completar esta tarea, Gibraltar va a sumar una lancha catamarán procedente de Cádiz que operará las 24 horas para desespumar cualquier petróleo, incluido el de capas más pequeñas.
Todos los trabajos en el mar no han podido evitar que parte del vertido haya llegado a distintos puntos de las costas del Peñón y a la playa de Levante de La Línea, ubicadas en la cara contraria de la Roca. “Será casi inevitable la filtración continua de pequeñas cantidades de materiales contaminantes desde el OS35 durante el período en que permanezca in situ”, ha afirmado el Gobierno de Gibraltar. Las mismas fuentes han añadido: “El despliegue de barreras en capas alrededor del buque evitará al máximo la cantidad de filtraciones en aguas abiertas, pero no proporcionará una capa de contención hermética, que no es tecnológicamente posible proporcionar (…). Por lo tanto, esta situación continuará durante el resto del verano y hasta que se complete la operación de salvamento”.
Desde que el Ayuntamiento de La Línea detectase las primeras manchas durante el mediodía del viernes, la Junta de Andalucía izó la bandera roja en esa playa para evitar el daño. La Administración andaluza recogió una mancha de entre 75 y 50 metros en la zona. Por ahora, no se han detectado nuevos vertidos en la misma playa u otras del entorno. Sin embargo, desde la Dirección de Marina Mercante española, dependiente del Ministerio de Transportes, reconocen que la situación es cambiante y está sujeta a las corrientes marinas y las mareas.
Más puntos de afectación se han detectado en Gibraltar, que ya ha reportado manchas en Sandy Bay, además de las grabadas en Rosia Bay —en caras opuestas del Peñón— por medios locales. La Roca ha blindado diversos puntos de la costa con barreras anticontaminación con especial interés en Little Bay, una zona donde las desaladoras que surten de agua corriente a la ciudad tienen sus tomas. Allí, los buzos incluso han chequeado que las bocas no se hayan visto afectadas por la llegada de petróleo. Durante la jornada de ayer, el Gobierno gibraltareño informó que había localizado un pequeño grupo de aves afectadas por el combustible. Además de los operarios que ya están en la tarea, el Peñón está organizando para el domingo una recogida de petróleo por las costas, en colaboración con asociaciones y varias ONG.
La empresa Resolve Marine Services —designada por la compañía del seguro del armador— se afana ahora en extraer las más de 100 toneladas de fueloil ligero que se acumulan en los dos tanques que la contienen. A primera hora, el Gobierno aseguró que la idea era terminar con la extracción de fuel este sábado. Sin embargo, por la tarde ha explicado que las tareas se han visto ralentizadas por una entrada de agua en la sala de máquinas del buque que ha obligado a buscar energía independiente al buque para alimentar las bombas. Además, antes de que comenzaran las tareas “complejas” de recuperación del combustible del tanque 1 —dañado por el accidente— están afanados en extender una nueva barrera de un kilómetro de largo para minimizar el escape de fugas. Los trabajos están condicionados tanto por la complejidad del manejo de este tipo de vertidos, como por la delicada situación del casco del buque, combado por la zona central.
El OS35 sufrió un choque aparentemente accidental a su salida del puerto de Gibraltar contra un metanero que se encontraba fondeado, durante la tarde noche del lunes. El impacto le causó al primero una brecha en la zona central del casco de 10 metros de largo por cuatro de ancho. Pese a eso, el capitán del buque pretendió seguir su marcha prevista hacia un puerto de Países Bajos y desoyó las órdenes del capitán marítimo del Peñón, que le indicó que detuviese el mercante. Cuando la vía de agua se hizo evidente, la autoridad gibraltareña ordenó al granelero que se dirigiese a Catalan Bay para realizar un varamiento controlado a 17 metros de profundidad. La decisión, aunque criticada por los ecologistas, ha sido avalada por expertos independientes y por distintas autoridades españolas, por ser la más aconsejable para evitar el hundimiento total y así facilitar trabajos como los que se están llevando a cabo ahora.
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