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Festival de Viña del Mar
Columna
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La canción chilena acusada de sacrilegio que prende ‘una guerra santa’ en el Festival de Viña del Mar

‘Infernodaga’ abrió las puertas del infierno. Es la canción clasificada para representar al país en el Festival de la Canción de Viña del Mar en la versión 2025

Festival de Viña del Mar
El cantante durante un presentación en el Festival de Viña del Mar.@daniride

Monseñor Francisco Chomali, la voz de la Iglesia Católica chilena, elevó el tono: “Es una blasfemia. Le pega una gran bofetada a millones de cristianos”. Y desató abiertamente una polémica que enfrenta, otra vez, la creación artística contra la moral, un debate ausente en las últimas décadas en Chile.

Infernodaga abrió las puertas del infierno. Es la canción clasificada para representar al país en el Festival de la Canción de Viña del Mar en la versión 2025. Su autor e intérprete, Davi Ride, la compuso para exorcizar sus propios demonios. Explica que está inspirada en el momento en que decidió revelar su orientación sexual a su familia, que lo tomó muy a mal. Transformó el momento en versos y hoy todo el mundo analiza el contenido.

Lo siento pero cuando me besa/ Arde y me quema/ El cielo sabe infernal/ Y aunque me traiga guerra y condena/ Elijo romper mi antifaz/ Si el paraíso es así/ La infernodaga entierro en mí/ Lo siento pero cuando me besa/ Se abre una puerta que da luz a mi oscuridad.

Los fuegos los abrió el concejal de Viña del Mar Andrés Solar, que apenas enterado de la clasificación del tema a la competencia internacional señaló, iracundo, que “la canción es sacrílega. Y el video atenta contra la cruz, la santa escritura y es una burla y un vejamen a nuestra reina, la Virgen María”.

Instalada ya la polémica, Infernodaga fue utilizada como un estilete para la coalición gobernante por el candidato de ultraderecha José Antonio Kast, quien calificó el tema como una representación de “lo peor de la cultura frenteamplista. Es un sacrilegio y una perversión cultural”.

Desde las redes sociales emergieron voces para condenar no sólo la letra, sino le representación audiovisual del contenido artístico. Y se le reprocha el parecido con una oración cuando dice: “Madre nuestra que estás conmigo/ de tu cuerpo fértil venimos/ sea tu reino en nosotres/ como nosotres solo existimos/ yo te perdono tú me perdonas/ somos así las personas/ distintamente especiales/ sagradas simples mortales”.

“No hay nada, ni en la canción ni en el video que pueda ser considerado, rigurosamente hablando, una blasfemia, una ofensa injuriosa, afrentosa, contumeliosa a la Iglesia o a la fe”, defendió Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales e influyente columnista del periódico conservador El Mercurio, haciéndose eco de las cartas al director publicadas en el medio que salieron en defensa de la postura de Monseñor Chomalí.

Para condimentar aún más esta guerra santa, el canal que recuperó los derechos de transmisión del Festival de Viña del Mar es Mega, que en los aspectos valóricos siempre ha estado en la vereda de la Iglesia chilena en sus postulados morales.

Para el festival no es la primera polémica en torno a la competencia internacional. En 1988, en la antesala del plebiscito que determinaría la continuidad del General Pinochet en el poder, la canción peruana No vas a hacerme el amor fue eliminada porque la cantante Maché debía pronunciar 37 veces la palabra No, la opción opositora a la dictadura en la papeleta. La versión oficial es que el tema era plagiado.

En medio del escándalo, Davi Ride no ha querido dar entrevistas ni declaraciones, aunque su canción ya ha circulado en radios como ningún otro tema en los últimos años del evento. “Sacrilegio Sacrilegio/ abandono su desprecio/ mi terapia mi belleza/ Y cuando me besa fuerte/ Entro en el cielo”, dice el estribillo de Infradaga, que trajo de vuelta la polémica moral cristiana a los medios justo cuando la Iglesia chilena debe definir posturas sobre temas más trascendentes que una canción de desamor.

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