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Marta Pascal: “Junts per Catalunya está obligada a votar a favor de resolver el conflico”

La excoordinadora del PDeCAT admite que mantiene dos puntos insalvables con Carles Puigdemont

Camilo S. Baquero
Marta Pascal, la semana pasada en Barcelona.
Marta Pascal, la semana pasada en Barcelona.Gianluca Battista

Marta Pascal (Vic, Barcelona, 1983) espera que su libro Perder el miedo. Un manifiesto a favor de la política (Catarata) sirva de revulsivo en el PDeCAT, el partido que lideró hasta julio de 2018. En una asamblea tormentosa, los partidarios del expresidente catalán Carles Puigdemont la defenestraron y la formación heredera de Convergència quedó abierta en canal. La exsenadora que, cansada de remar a contracorriente dejó su escaño por designación autonómica el pasado lunes, cree que su formación tiene que decidir ya si opta por el pragmatismo o instalarse en el bloqueo y la confrontación que ha defendido Puigdemont los últimos años.

Pregunta. ¿Cómo valora el inicio de la mesa de diálogo?

Respuesta. Es un buen primer paso pero el camino es largo. Vimos un encuentro que en cualquier democracia madura sería normal: que la gente hable e intente resolver problemas. Hasta ahora muchos habían categorizado eso como traición.

“La propuesta del PDeCAT tiene que ir más allá que el votante del  1 de octubre”

P. Junts primero rechazó la mesa. Después, la quiso condicionar. En Perpiñán, Puigdemont la ignoró y Clara Ponsatí la atacó. ¿Eso se entiende?

R. De fondo está la lucha por la hegemonía en el independentismo. No entiendo que un presidente de la Generalitat o un expresident puedan despreciar cualquier escenario de diálogo.

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P. ¿Es ERC la nueva CiU?

R. Tengo mis dudas. Es verdad que desde el punto de vista nacional ERC ha asumido la estrategia de ampliar la base. Pero en lo sectorial no les veo en la centralidad que siempre tuvo Convergència: desconocen el esfuerzo de la escuela concertada, el aumento de impuestos, los impedimentos a la colaboración público privada...

“Queremos un referéndum pactado y, mientras, un buen gobierno catalán"

P. ¿Ve un doble discurso de ERC en Madrid y Barcelona?

R. Quiero pensar que el independentismo ha madurado lo suficiente para ver que es un momento para hacer compatible la defensa de un proyecto nítidamente independentista y la mano extendida al diálogo y a la responsabilidad que piden los ciudadanos.

P. Por tanto, ¿fue un error la oposición de Junts a aprobar la senda de déficit?

R. Yo me habría abstenido. Nos interesa que el Gobierno tenga cierta estabilidad, no porque nos guste el PSOE y Podemos, sino para que haya continuidad en un diálogo que sabemos que no será fácil. No me interesa la estabilidad de Sánchez pero sí que se resuelva el conflicto. Junts está obligada a poner sus votos al servicio de resolver el conflicto y los problemas de los catalanes.

"La coordinación de Junts no ve la pluralidad como un valor, sino como divergencia"

P. Junts siempre alega que no da sus votos gratis.

R. Ese argumento no puede enmascarar el no a todo. Claro que no se dan los apoyos a cambio de nada, hay muchas condiciones que Junts podría poner y que necesitan los catalanes.

P. ¿Por qué ha dimitido ahora como senadora? El panorama es similar al de hace unos meses.

R. Me he ido llenando de razones. La coordinación de Junts no ve la pluralidad como un valor, sino como divergencia. Visité a Puigdemont hace pocos días y confirmé que hay dos puntos insalvables: él cree no que se puede renunciar a la unilateralidad y su propuesta sigue enfocada solo a los que votamos el 1-O. Tengo ideales independentistas y creo que la situación se resuelve en las urnas, pero tenemos que hablar a todos los catalanes.

P. ¿Cuál es su propuesta para el PDeCAT?

R. Hay que ir más allá del votante del 1-O. En el libro sugiero que la barrera sea un espectro nacionalista, catalanista, soberanista e independentista. Nos podemos reflejar en el legado político de CiU pero las necesidades de ahora son distintas: el cambio climático, la igualdad entre hombres y mujeres, proteger a los autónomos, la digitalización...

P. Nadie sabe realmente cuántos críticos hay en el PDeCAT ¿Unas primarias no serían el mecanismo adecuado para saberlo?

R. Así acabas poniendo el acento en el nombre y me preocupa más lo que queremos hacer y cómo. Y eso se tiene que ejercer con toda la tranquilidad y libertad del mundo. En el congreso en el que dimití había muchas emociones y mucha gente decía hablar en nombre de Puigdemont...

P. Muchos grupos pujan por el espacio dejado por CiU. ¿Por qué no cuajan?

R. Muchos Se dicen catalanistas y no lo son... hasta flirtean con Sociedad Civil Catalana. El perímetro de nuestra propuesta es la sociovergencia histórica: centro derecha y centro izquierda, que quiere que el horizonte nacional se dirima con un referéndum acordado, pero que mientras tanto haya un buen gobierno.

P. ¿Dejará el PDeCAT si no hay una apuesta en la vía que apunta?

R. No tengo esa opción sobre la mesa, porque los que reclamamos ese giro somos muchos. La dirección sabrá leer la situación y se situará por encima de una situación sentimental. La gente que está en política sabe que tiene que mirarlas cosas con perspectiva.

 

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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