Animac recupera la memoria en todas sus connotaciones

“La palabra memoria está cargada de connotaciones”, advierte Carolina López, directora de Animac, la muestra internacional de cine de animación que entre hoy y el domingo celebra en el Teatro de la Llotja de Lleida su 24ª edición bajo el título Cápsula del tiempo. La memoria, en muchas de esas connotaciones (“no solo la política, también la social, la femenina, la europea, hasta la técnica”, en palabras de la directora), articula las diferentes sesiones y talleres que tomarán el pulso a un género en continua evolución. De las 943 propuestas recibidas en la convocatoria abierta, se han seleccionado 187 filmes que, junto a las retrospectivas y a las secciones oficiales suman 219 cortometrajes y 35 piezas audiovisuales. Se verán siete estrenos mundiales, cinco estrenos internacionales (es decir, primeras proyecciones fuera del país de origen) y unos 40 en España.

“La animación tiene la capacidad de reconstruir el pasado de manera poética”, considera López. “Mucho más allá de la reconstrucción periodística o documental, la animación puede expresar a la perfección sentimientos y momentos subjetivos a través de metáforas muy poderosas y simbólicas”. Por supuesto, en las temáticas de las producciones, la memoria histórica tiene un hueco importante. El historietista y realizador francés Aurel ofrecerá el sábado una conferencia sobre el proceso de trabajo de su largometraje Josep. La película, con las voces del actor Sergi López y de la cantante Sílvia Pérez Cruz, narra la historia de Josep Bartolí, dibujante, pintor, escenógrafo y combatiente antifranquista que cruzó la frontera al finalizar la Guerra Civil y conoció los campos de concentración franceses.

Memoria más reciente es la que plasma el búlgaro Theodore Ushev en el cortometraje experimental Barcelona de foc, que se estrena hoy y que cuenta la visita del director a una Barcelona revuelta, la del pasado mes de octubre, los días después de la sentencia sobre el procés.

Pero la memoria también se toca desde el punto de vista técnico. “Lo que queda del carboncillo cuando se dibuja por encima, como hace William Kentridge, o la cera caliente que utiliza Ushev, vienen a ser técnicas que refuerzan el concepto de memoria”. El cineasta y productor de Estonia (país de gran tradición en la animación) Ülo Pikkov refleja en Body memory las deportaciones a Siberia a través de figuras simbólicas, poéticas y tristes: figuras humanas representadas como ovillos, de manera que tiran del hilo y la persona acaba desapareciendo”. Sin dejar rastro.

“Las nuevas generaciones mezclan lo digital y lo analógico”, explica la directora de Animac. “Así que hay un cierto retorno a técnicas antiguas, como hacían Walt Disney o los grandes de hace muchos años”.

El género goza de muy buena salud en España. “La industria de la animación española está en muy buen momento”, asegura López. “Basta pensar en la película Klaus [premio BAFTA y candidata a los pasados Oscar]”. El animador Fernando Moro, que ha participado en esa película, ofrecerá la conferencia El impecable 2D de Klaus, donde además de desmenuzar los secretos de la obra, repasará sus 30 años trayectoria profesional, en grandes producciones internacionales como Anastasia o Astérix y los vikingos, en estudios como Fox o Warner Bros, o en la serie de la que es director, Cleo & Cuquín.

Los jóvenes tendrán la posibilidad de presentar sus proyectos a profesionales del género en el Animac Campus. Los más pequeños también serán protagonistas: más de 10.500 niños y niñas participarán en los distintos talleres de la muestra. “No se trata de actividades infantiles, sino para todos”, subraya la directora. Es algo tan fácil como dar buen ejemplo a los niños: “Igual que no les damos comida basura, no les envenenemos los ojos con mal cine”, dice Carolina López.