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Drawing Room, un palacio lleno de dibujos

Esta feria, una de las que transcurre en paralelo a Arco, celebra hasta el domingo su quinta edición

'Activistas', de Paco Pomet, una de las obras que forma parte de Drawing Room 2020.
'Activistas', de Paco Pomet, una de las obras que forma parte de Drawing Room 2020.
Héctor Llanos Martínez

Ramón García, con más de 30 años de experiencia como galerista, lo tiene claro: “¡El dibujo está saliendo por fin del armario… Y no piensa volver a él!”, exclama ante las obras recién creadas de uno de sus artistas, Paco Pomet (Granada, 1970), a quien Banksy eligió para exponer en su parque de atracciones Dismaland. Sus nuevos trabajos ya están listos para formar parte de Drawing Room Madrid, feria que reivindica desde 2016 este formato y que ocupa desde el jueves y hasta el domingo los espléndidos salones del Palacio Santa Bárbara, en Alonso Martínez. “Es como pasear por la casa de unos amantes del arte que han llenado sus habitaciones de obras”, comenta su directora, Mónica Álvarez Careaga. La suya es una de las ferias paralelas a Arco que llenan Madrid de propuestas alternativas, coincidiendo con la gran cita que el arte contemporáneo mantiene cada año con la ciudad.

García abrió en los años 90 My Name’s Lolita Art, que está pegada al CaixaForum, en la calle de Almadén, para acercar a la capital el proyecto que había iniciado años antes en Valencia. Tras dejar de ser admitido como participante de Arco en 2016, ha logrado en el último año que el Juzgado de Primera Instancia número 81 de Madrid y la Audiencia Provincial Civil de Madrid confirmaran que la feria actúa de manera arbitraria en la selección de sus galeristas participantes. Ahora participa por segundo año consecutivo en este salón dedicado al dibujo que, al igual que propuestas como Just Mad, Urvanity y Art Madrid, ofrece esos días una alternativa a la apuesta canónica de Arco.

“Este artista es uno de los favoritos de Pedro Almodóvar”, le cuenta la responsable de Drawing Room, a una invitada horas antes de abrir las puertas de esta quinta edición. Se refiere a Dis Berlín (Soria, 1959) cuyas obras han sido prestigiosos extras en varias de las películas del director: aparecían en Átame (1989) y en las recientes Julieta (2016) y Dolor y gloria (2019).

'Portrait of a model', obra de Dis Berlín realizada en 2011.
'Portrait of a model', obra de Dis Berlín realizada en 2011.

“El dibujo ya no es un boceto ni un trabajo preparatorio, sino una obra con consistencia en sí misma. Es como la poesía en la literatura: un momento puro en el que el artista se desnuda”, comenta García. El galerista ha visto en este tiempo cómo el formato se ha revalorizado “como ocurrió años antes con la fotografía”, dice. Mientras que en 2005 el precio medio de una de estas obras en subastas era de 21.000 euros, esa cifra se ha duplicado en la actualidad, según la base de datos Artprice.

Cada vez es más habitual que protagonicen exposiciones temporales en los museos. El Prado clausuró a mediados de febrero Goya. Dibujos y el Museo Sorolla dedica hasta el mes de mayo parte de su espacio a explorar la relación del pintor valenciano con el formato. “Los museos de Bellas Artes han conservado los dibujos de los grandes maestros para estudiar sus obras. Al rescatar sus fondos de dibujo buscan que el espectador conozca mejor al artista. Pero esta forma de arte ya no es mera documentación”, añade el galerista.

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'Lexicon series (Malevich square)', obra de John Robinson y Tony Squance  de 2019.
'Lexicon series (Malevich square)', obra de John Robinson y Tony Squance de 2019.

Entre nombres consagrados, surgen en las paredes de la feria jóvenes promesas como la portuguesa Isabel Madureira Andrade, de quien Mónica Álvarez Careaga admite tener una debilidad especial por su trabajo. Entre la presencia extranjera, que ocupa más de la mitad del programa de este año, destacan los británicos John Robinson y Tony Squance, que han colaborado en una serie de particulares autorretratos sobre cartón creados de forma expresa para esta feria. Squance presenta además una serie de trabajos en blanco y negro inspirados en Goya. “Como hacía Francis Bacon, muchos creadores extranjeros reconocen el Prado como un templo del arte y vienen a Madrid a empaparse de Goya y de Velázquez”, comenta Ramón García.

Ogami Press, situada en el barrio de Delicias, es otra de las 16 galerías que forman parte de esta edición de Drawing Room, cuyo acceso cuesta diez euros. Su actividad no suele transcurrir en ferias de arte, ya que se centra principalmente en la producción y en ayudar a los artistas a elaborar sus obras. “Hay que reivindicar también otras figuras que impulsan la producción del dibujo, no solo a los artistas”, recuerda su responsable, Juan Lara, que muestra obras de Almudena Lobera (Madrid, 1984) y Alfonso Albacete (Málaga, 1950). “Es que ser galerista en Madrid es una heroicidad”, responde Ramón García.

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Héctor Llanos Martínez
Redactor especializado en nuevas narrativas audiovisuales (streaming, pódcast, redes sociales) y en el género documental, con varios años como autor del blog 'Doc&Roll'. Formado en Agencia Efe y elmundo.es, antes de llegar a Verne y la sección de Madrid de El País, escribió desde Berlín para BBC, Deutsche Welle, Cineuropa, Esquire o Yorokobu.

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