100 millones para revitalizar la tierra
El mismo día de las movilizaciones del campo en varias regiones de España, Isabel Díaz Ayuso anuncia un nuevo plan agrario y ganadero
— Presidenta, a ver si hace algo para arreglar todo esto.
Julián López, 52 años, fue directo al grano. “No todos los días se tiene a tiro a esta gente”, rezumó. El pastor cuida de sus 383 ovejas de reproducción —para hacer leche y quesos— los 365 días del año y es el último superviviente de su especie en su pueblo, Villamanrique de Tajo, a 45 minutos al sur de Madrid. Antes tenía 500 y compartía oficio con 11 compañeros, pero desde hace ocho años se quedó solo. “Esto es inaguantable. Así no se vive”.
—Para eso hemos venido—, respondió sonriente la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso.
A eso precisamente se trasladó ayer Ayuso hasta Villamanrique de Tajo, un municipio madrileño de poco más de 700 habitantes que vive de la agricultura y la ganadería y que llevaba nada menos que 25 años sin recibir a un presidente de la Comunidad. La efeméride se celebró, por tanto, con cada paso.
Escoltada por una numerosa comitiva y la consejera de Medio Ambiente, Paloma Martín, la presidenta se enfundó un chaleco color caqui de Espacios Protegidos y entre foto y foto presentó su Plan Terra, un conjunto de medidas dotado de 100 millones de euros dirigido a los 7.800 agricultores y los 4.900 ganaderos que sobreviven en la región madrileña. El acto tuvo visos de campaña electoral y de contraprogramación a las protestas en varias partes de España, donde cientos de tractores colapsaron carreteras y calles por los bajos precios de los productos agrarios.
“El campo es parte de nosotros, es parte de nuestra mesa y es el gran olvidado, por las inclemencias del tiempo, la burocracia o la falta de relevo generacional. Y nos hemos puesto en marcha para unir medidas en buena dirección, estudiados con las personas que viven en el campo y no en la ciudad, como muchas veces hacemos estas cosas”, anunció la líder popular entre los alcaldes y los ganaderos de la zona. En poco más de dos horas, Ayuso plantó ajos en hilera, rápido y eficazmente, se subió a un tractor oruga de goma de última generación, que además era amarillo, y recibió un queso de oveja como obsequio de Julián López, un señor de ojos grises afable y con buen humor, pero con las ideas cristalinas.
“Si no hay ayudas, mueres. Hace ocho años el último ganadero que había conmigo era un chico que empezó con la crisis porque no tenía trabajo. Se metió pensando que le iban a dar la ayuda, que no se la dieron, se metió en comprar animales, pienso, máquinas de ordeño y se arruinó, no llegó al año. ¡Porque no le llegaba la ayuda esa de jóvenes agricultores!”, recuerda, algo enfadado. En el sureste madrileño, enumera de carrerilla, la situación de su pueblo vive una especie de contagio. Sin ayudas y con los precios por los suelos, están condenados. “Fuentidueña del Tajo no tiene ni una cabeza, en Villarejo quedan dos, en Belmonte queda uno, en Colmenar, Brea, Valdaracete, te lías a mirar pueblos y no hay nada...”.
En el Plan Terra, cuyo contenido sigue abierto a aportaciones, se contempla el compromiso del Ejecutivo por flexibilizar la normativa y reducir los trámites administrativos que se encuentran empresarios y cooperativas agropecuarias y que, en ocasiones, ponen en riesgo el mantenimiento de la actividad.
“Que mire por los precios y que dé una aportación de ayudas. Para eso es la presidenta”, reclamó el ganadero. “Porque si vendes a 20 pavos el kilo de chuletas, ¿cómo das tres por el kilo de cordero? Es que la diferencia es grande. Un kilo de queso te cuesta 20 pavos, y te pagan la leche 1,20. Ahora de ahí quitas luz, productos para lavar la maquinaria, el pienso... ¿y qué te queda?”.
Para disminuir todos esos problemas del campo de los que habla López, similar a los de los agricultores, la Administración asegura que optará por diferenciar zonas de cultivo para reducir trámites burocráticos; y se eliminará la calificación urbanística para actuaciones en explotaciones, siendo los Ayuntamientos los únicos encargados de dar el visto bueno. Para ello, la presidenta confirmó que se modificarán, entre otras normas, la ley forestal y la ley del suelo. Además, hizo hincapié en la creación de un MercaRural, un centro de distribución de productos hortofrutícolas de la región, un gran mercado central de verduras, frutas y hortalizas.
Una medida que, según Ayuso, mejorará la comercialización del producto madrileño y se convertirá en una oportunidad para que pequeñas y medianas explotaciones agrarias se acerquen a un mercado creciente gracias al interés general por los alimentos de proximidad y sostenibles. El presidente de la conservadora Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Madrid, Francisco García Navarrete, recibió los planes con optimismo y recalcó que el sector primario lo necesita porque “está sufriendo mucho”. En la misma línea se expresó el presidente de la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileña, Jesús Pérez Sánchez, que calificó el plan como “grande y ambicioso”.
El objetivo, en definitiva, será mejorar la competitividad de las cerca de 13.000 explotaciones agrícolas y ganaderas de los 179 municipios de la región.
—Y ya de paso tráigame una pastora para vivir conmigo—, lanzó López a la presidenta.
Pero los planes de la Comunidad no abarcan tanto. “Menos mal, porque como vea esto mi parienta...”, guiñó el ojo el ganadero mientras se separaba de los altos cargos con una medio sonrisa para vigilar a sus 383 ovejas.
Una región rica en productos del sector primario
Aunque sea un sector en crisis, son muchos trabajadores los que suspiran por cambios políticos. El campo madrileño cuenta en la actualidad con cerca de 13.000 personas dedicadas profesionalmente a la actividad agraria. Si se suma la industria transformadora alimentaria, el conjunto de la actividad proporciona empleo a unas 100.000 personas entre puestos de trabajo directos e indirectos. En total, el sector agroalimentario es el responsable de generar el 0,75% del PIB de la Comunidad de Madrid.
En la región hay 200.000 hectáreas de cultivo, lo que representa la cuarta parte de su superficie. De ellas, 180.000 corresponden a regadío y el resto a secano. Destacan por su extensión las 80.000 hectáreas en cereales, 30.000 de olivar, 10.000 de viñedo, 6.000 de leguminosas y 3.000 de horticultura.
Los alimentos que se producen en la Comunidad de Madrid tienen hasta siete figuras de calidad diferenciadas: D.O. Vinos de Madrid, Indicación Geográfica Protegida Carne de la Sierra de Guadarrama, Denominación de Calidad Aceitunas de Campo Real, Marca de Garantía Aceite de Madrid, Indicación Geográfica Anís de Chinchón, Etiqueta de Agricultura Ecológica y Marca de garantía Huerta de Villa del Prado.
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