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Cursos para los taxistas de Santa Coloma contra las agresiones sexistas

300 taxistas y comerciantes estudian como actuar ante la violencia machista

Alfonso L. Congostrina
Un taxista coloca en su automóvil una pegatina de la campaña violeta.
Un taxista coloca en su automóvil una pegatina de la campaña violeta.Albert García

El Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet colocó ayer una caseta junto a la parada de taxis del paseo de Llorenç Serra desde donde impartieron directrices a los conductores profesionales para que sepan qué deben hacer en el caso de que una mujer víctima de una agresión sexista les pida ayuda. Decenas de conductores participaron en la iniciativa durante la mañana. “A los taxistas, cuando se nos llama para colaborar, lo hacemos. Y más en el cuidado de nuestras vecinas”, aseguraba ayer Yen Sánchez, de la compañía Taxi Line, que ha obligado a todos sus taxistas a participar en la instrucción. Maribel Cárdenas es la directora de políticas de igualdad de Santa Coloma de Gramenet. Después de conocer varios casos, Cárdenas creyó que había que “pasar a la acción” para prevenir la violencia sexual a las que se ven sometidas diariamente las mujeres.

La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón, recordaba ayer el origen de la iniciativa: “Cada año poníamos en marcha unos puntos violetas donde las víctimas de la violencia machista podían sentirse seguras y se ponían en marcha protocolos de actuación”. Tras varias reuniones se consideró que los puntos violetas no eran suficiente. “Comprobamos que la mayoría de agresiones no se producen precisamente en los desplazamientos y aquí comenzó el germen de lo que hemos bautizado como red violeta para mantener seguras a las mujeres en la ciudad”, argumenta Parlón.

El Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet ideo una campaña y el pasado 25 de noviembre —día contra la violencia de género— consiguieron que diversos establecimientos de la ciudad se unieran en una causa común. Gasolineras, hoteles, farmacias o bares de ocio con una presencia nocturna y diurna en la ciudad se concienciaron y participaron en el plan. Los locales formaron a los trabajadores e incluso colocaron en sus escaparates un distintivo para que una posible víctima de violencia sexista supiera que encontrará refugio en estos lugares. Ya estaba tejida la base de la red violeta, a partir de ese momento solo había que expandirla.

La directora de políticas de igualdad de la ciudad defiende el protocolo que se divide entre detección de la víctima, acogida y acompañamiento. Cárdenas explica que en la ciudad, además de la policía local, hay un servicio 24 horas en que una psicóloga acompaña a las mujeres para presentar denuncias o acudir al hospital…. Además, en la localidad se puso en funcionamiento el pasado año un servicio de serenos que, a demanda, acompaña a las mujeres que lo deseen en trayectos dentro de la ciudad. La alcaldesa mantiene que esta flota de vigilantes nocturnos es uno de los pilares de la red violeta. Un sistema del que Parlón se enorgullece: “No hay en todo el Estado un protocolo de estas características con las complicidades de todo el tejido comercial de la ciudad”.

Roger Mena es otro de los taxistas que recibió ayer la formación de las técnicas de igualdad. Recoge, junto a su compañero José Antonio Muñoz,un taco de trípticos para dejar en el vehículo y colocan una pegatina en la ventanilla de su coche para que todas sus clientas sepan que su taxi es un punto seguro. “En el taxi ves de todo. Hace unos años tuve que echar a un hombre que intentaba dar una bofetada a su hija”, recuerda. Más de 300 taxistas se han formado y sabrán como actuar la próxima vez que detecten un caso de violencia machista cerca del vehículo en el que trabajan.

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