Reivindicar el rock en tiempos de techno

Para Diego Calvo, promotor de Rock Nights Madrid, El Sol le queda como anillo al dedo a su idea: “Aparte de ser mi sala favorita de España, tiene esa esencia de conciertos y rock en directo que nosotros buscamos”. En esta propuesta, que se inauguró el pasado 15 de noviembre y se celebrará un viernes al mes hasta abril de este año, suenan canciones indies, clásicos de los ochenta y también heavy metal. “Desde ACDC hasta Siniestro Total pasando por Depeche Mode. Definiría nuestra fiesta como un ‘sonido de guitarra’”, en palabras de Calvo. Además de la música, los asistentes pueden jugar al pinball y tatuarse en directo: cowboys, cuernos o cactus, en la línea de la estética que envuelve al festejo.

Lo que les define, según Calvo, es la mezcla del público. No persiguen un único tipo de asistente, sino abarcar a todo aquel que ame el rock: “no nos dirigimos, como el resto de fiestas, sólo al chico indie de 25 años”. En la fiesta de inauguración, cuenta el ibicenco, acudieron miembros del grupo de rock León Benavente, pero también “pijas del barrio de Salamanca, modelos y rockeros puretas”.

Rock Nights, que ya pasó por en la capital en 2010 de la mano de la Joy Eslava y que ha viajado hasta salas de Londres, surgió en 2005 en Ibiza como una vía de escape a los estilos imperantes de la isla: el techno y el house. “Al principio era una fiesta para la gente local a la que le gusta el rock en una isla de techno”, cuenta Colin Peters, dj de Rock Nights desde que comenzó la primera sesión. Después saltaron al mítico hotel Pikes de Ibiza, famoso porque acogió la fiesta de los 40 años de Freddie Mercury, uno de los aquelarres que más recuerdan los isleños.

La sesión (10 euros antes de las 2:00, 12 el resto de la noche) también apuesta por conciertos de bandas recién nacidas. El pasado 20 tocó en directo por primera vez la banda Cachorros, Genis Whylan, Juan Pe (del grupo Nancy Rubias) y Alex Slim.

“Nosotros queremos crear algo nuevo, que es lo que todo el mundo quiere crear y escuchar. Hay bandas haciendo un rock nuevo y moderno, pero es muy difícil”, apunta Whylan. La fiesta les encaja porque parten del rock, pero no se cierran a ningún estilo: “Nuestro sonido bebe del blues, la electrónica y el hiphop. Hay bases de hiphop y voces cantadas y rapeadas”. El concepto de esta juerga, explica Whylan, es de los más originales que hay: “En España hay fiesta de hiphop y de techno, pero muy pocas sólo de rock”.

“En Madrid tienes por ejemplo el Ocho y medio, pero ya no se hacen fiestas centradas sólo en rock”, continúa Peters. Su repertorio: clásicos de los ochenta, bandas de inicio de este siglo como Bloc Party hasta llegar a la actualidad del panorama nacional e internacional como Carolina Durante y Metronomy.

“Depende de la noche que me apetezca”, explica Peters. Tanto en aquella ocasión como en la siguiente fiesta, el 20 de diciembre, la sala se llenó toda la noche. Una demostración que, a pesar del agua de la música urbana, el rock sigue reclamando un espacio en la noche madrileña.