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La empresa de movilidad compartida Coup abandona sus motos en la calle tras cerrar

La compañía, cuya matriz es la alemana Bosch, argumenta que el servicio no es rentable

Luis de Vega
Un moto de la marca Coup abandonada en la calle de las Veneras, en el distrito Centro.
Un moto de la marca Coup abandonada en la calle de las Veneras, en el distrito Centro.Kike Para

Dos semanas después del cierre de la empresa de movilidad compartida Coup, sus motos aparecen abandonadas en muchas zonas de la capital, como ha comprobado EL PAÍS. Ni se pueden utilizar ni han sido retiradas. Solo en la zona del Paseo de la Castellana a la altura del Santiago Bernabéu hay una decena de estas scooters aparcadas, como las de otras compañías, en medio de las aceras. También en el entorno de la glorieta de Alonso Martínez, de la Gran Vía, de la plaza de Santo Domingo, de las Decalzas, de la calle Jacometrezo… y hasta en zonas más alejadas del centro como Alvarado.

Fue el pasado viernes 20 de diciembre cuando Víctor, un usuario en Madrid de las motos eléctricas compartidas de la marca Coup, comprobó de repente que la aplicación no le permitía realizar de vuelta el recorrido que había hecho de ida un rato antes. El servicio se había esfumado. La empresa había anunciado dos días antes por correo electrónico que iba a dejar de funcionar.

Las motos “han sido retiradas a almacenes”, asegura a EL PAÍS un portavoz de Coup, que contaba con 1.300 vehículos de este tipo en la capital. Evidentemente, muchas no han sido retiradas dos semanas después del cese de la actividad. Con respecto a la venta “la gente nos pregunta, pero por el momento no barajan eso”. Señala que el cierre se explica por “ajustes en el sector de la movilidad”. Este diario también ha contactado con el número de atención al cliente para pagos o facturaciones. Ahí reconocen que no van a volver a prestar el servicio.

Ante el anuncio en la cuenta de Twitter de Coup Madrid de las “tristes noticias” del cierre, muchos de los comentarios eran para interesarse por el futuro de las motos. Unos se lamentan de que haya una empresa menos entre las que elegir. Otros se alegran. “Habéis sido una pesadilla en las aceras aparcando mal. Tanta paz llevéis como descanso dejáis”.

Coup, cuya matriz es la alemana de componentes de automoción y electrodomésticos Bosch, afirma que es “económicamente inviable” seguir adelante, según un comunicado del pasado 25 de noviembre. Además de en Madrid, la empresa ha cerrado también en Berlín y en París. La cuarta ciudad en la que circulaban estas motos, Tubingen, una localidad universitaria alemana, también se ha quedado sin su servicio. Se trata de un mercado “extremamente competitivo y que genera altos costes”.

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La empresa daba empleo a 120 personas, de las que 20 trabajaban en Madrid y se actuará con ellos “de forma responsable”, asegura el comunicado. Añaden que cualquier prepago hecho que no se haya utilizado será devuelto.

Coup aterrizó en Madrid en 2018 y era una de las cinco compañías de este tipo de vehículos eléctricos para compartir en la ciudad. Durante estos meses no ha hecho públicos datos de su crecimiento, pero su cierre lanza dudas sobre la rentabilidad de este tipo de transportes. “Ofrecer este servicio requiere un alto desembolso (en vehículos, plataforma de reservas, marketing, etc.)”, afirman en el comunicado desde la empresa. “Su funcionamiento diario, con el intercambio de baterías y el servicio de atención al cliente, es muy costoso”.

Las restricciones de tráfico, especialmente Madrid Central, han impulsado la implantación de empresas de transporte compartido. Tras el cierre de Coup, los usuarios de la capital pueden elegir ahora entre las motos de Movo, Acciona, Ecooltra y las recientemente fusionadas IoScoot y Muving.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.

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