Las segundas oportunidades empiezan en la basura

Las luces navideñas y los carteles de rebajas en las tiendas contrastaban este jueves con el acto que se celebraba en el Teatro Real. La Orquesta de Instrumentos Reciclados Cateura ofrecía un concierto en el que, además de música, se escucharon alegatos en favor del cuidado del medio ambiente y de las segundas oportunidades también para las personas. El evento, que estuvo presidido por la reina Sofía, contó con la participación de la agrupación La Música del Reciclaje, la cantante Luz Casal, la bailaora Sara Baras y el Coro Gospel de Madrid.

La primera sección del concierto la dirigió Fabio Chávez, director de la Orquesta Cateura, que destacó la oportunidad que la música ha dado a los jóvenes de esta zona marginal de Paraguay, asentada sobre un enorme vertedero. En él trabajan muchos de sus vecinos y de él extraen los elementos que componen los instrumentos de la agrupación. Presentaron algunos, como el violín de Matías, 15 años. Le dedicó a su abuela My Way, de Frank Sinatra, tocado con una lata de pintura, un recipiente de sopa, un tenedor y un trozo de madera, materiales que componen su violín.

También Ever, el más joven de la orquesta con 12 años, mostró su saxo –canaleta de agua, monedas y poco más-, para después interpretar Imagine, de John Lennon. Como él, otros tres jóvenes se han estrenado en la gira navideña de la agrupación, lo que ha supuesto que por primera vez saliesen de su comunidad. Así lo subrayó el director, que incidió en la nueva vida que la basura proporciona a estos jóvenes, que ensanchan sus horizontes a través de la reutilización y la música.  

Anexionado a la filosofía de la orquesta, la inspiración para este concierto: La sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonín Dvořák. Así, el Teatro Real viajó desde Paraguay a Francia, y de Brasil a Estados Unidos con músicas tradicionales y actuales.

La orquesta de Cateura tiene una hermana madrileña, La Música del Reciclaje, promovida por Ecoembes. Sus integrantes, niños en riesgo de exclusión, acompañaron en el escenario a los jóvenes paraguayos, así como a la coreógrafa flamenca Sara Baras. Para ella tocaron La danza del fuego, de Manuel de Falla. A la artista se le unió después Luz Casal, que interpretó Entre mis recuerdos y un rock, Pedazo de cielo, que puso a prueba la destreza de la orquesta. Cerró después con el acompañamiento de Baras en el tema Historia de un amor.

Llegó el turno del Coro Gospel, que irrumpió con Oh Happy Day e hizo que hasta la Reina, presidenta de Honor del comité de La Música del Reciclaje, aplaudiese al ritmo de la canción. Sus integrantes pusieron el broche a las colaboraciones con todo el auditorio volcado en la catarsis musical.