Andrea Levy despide a los directores del Centro Cultural Conde Duque
Desde el Área de Cultura alegan “enfrentamientos con los trabajadores” para ejecutar el despido fulminante y anunciar el lunes a la persona que se hará cargo de la institución
Fernando Benzo, consejero delegado de Madrid Destino y exsecretario de Estado de Cultura con Íñigo Méndez de Vigo, se reunió el viernes por la tarde con Isla Aguilar y Miguel Oyarzun para comunicarles su cese inmediato como directores del Centro Cultural Conde Duque. Las razones que alegan desde el Área de Cultura de Andrea Levy son “enfrentamientos con los trabajadores” y rescinden el contrato mercantil que ligaba a la pareja con la institución hasta 2021.
El reemplazo ya estaba pensado, porque era una decisión tomada desde hace tiempo, explican desde el Área de Cultura que ha convocado este lunes a los medios de comunicación para presentar a la nueva persona que asumirá la dirección del Conde Duque. No habrá concurso público, será nombrada de manera nominativa saltándose todos los manuales de buenas prácticas de la gestión cultural, firmados por el sector cultural con el Ministerio de Cultura desde 2007.
“Se ha elegido a una persona por currículo incontestable. Ha pasado como con Natalia Menéndez [nombrada también a dedo para hacerse cargo del Teatro Español]”, explican desde la consejería de Levy. De esta manera, la concejala de cultura del PP vuelve a romper, tras la marcha de Soledad Gutiérrez de CentroCentro, con el concurso público convocado por el equipo de Manuela Carmena, que alumbró la dirección de las seis instituciones más significativas de la actividad cultural de la ciudad. También la directora y dramaturga Laila Ripoll fue introducida hace unos días en el Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa sin transitar por un concurso de méritos, para dirigir la programación escénica. En este caso el desplazado fue el hasta entonces director del centro, Ignacio Marín, que reduce su ámbito de actuación al terreno musical.
Fuentes cercanas a Aguilar y Oyarzun aseguran que el despido es una “injerencia política que en Europa no se consiente”. La trayectoria internacional les aupó a lo más alto del concurso del que salieron como directores del Conde Duque “sin estar afiliados a ningún partido”, explican las mismas fuentes. Aseguran que cierran la etapa con un crecimiento de la ocupación del centro en un 35%, tras renovar la diversidad del público y abrir el centro a la ciudad. Lamentan que les hayan tratado como adversarios políticos y no como cargos profesionales. “No se han sentado a dialogar, directamente les han dicho adiós. No han hecho un trabajo partidista, pero sí político”, explican en referencia a una de las exposiciones actuales, que critica la falta de humanidad de las políticas de migración contemporáneas.
Entre las principales razones del Ayuntamiento de Madrid se hace referencia a un proceso de “acoso” denunciado por el Comité de Empresa. Las conclusiones de Madrid Destino, firmadas el pasado siete de febrero, son claras al respecto: el caso no fue constitutivo de acoso laboral. “Se constata la existencia de un conflicto interpersonal que pudo verse agravado por la situación de tensión a la que, manifiestan los trabajadores, han estado sometidos con la dirección artística anterior. El equipo estaba dividido y se producían situaciones de conflicto de forma recurrente”, puede leerse en dicho informe.
El Ayuntamiento insiste en que al llegar encontraron “muchas quejas de los trabajadores” y “así no podían tener al personal”. Aducen dichas fuentes del Consistorio que “en los primeros siete meses al frente de la institución, de los 12 trabajadores del espacio, cinco pidieron una baja”. Los enfrentamientos se deben, según la versión del Área de Cultura, a la “mala praxis en la gestión y a la sobreprogramación”. “El conflicto con los trabajadores era previo a su llegada. Tres de los cinco trabajadores se dan de baja sin haber empezado a programar ellos dos. Se encontraron con un centro compuesto por un equipo muy roto y en conflicto”, alegan las fuentes cercanas a los directores.
“El equipo asegura estar agotado, desanimado y desmotivado. La sobreprogramación ha llevado a un estado general de ansiedad y alteración del ritmo de vida del equipo”, añaden dichas fuentes que citan a “el equipo”, sin concretar si se refieren al Comité de Empresa. Llama la atención que, entre los motivos que para ejecutar el despido fulminante, se alegue que los directores “no utilizan el correo electrónico corporativo como herramienta de comunicación laboral”.
Aguilar y Oyarzun crearon el BE Festival de Birmingham, en 2009, “un evento sin ánimo de lucro”. Han seguido al frente del certamen que congrega artes escénicas, plásticas y cultura visual. Nunca habían trabajado en Madrid y desde que aterrizaron hace dos años, trataron de incorporar métodos de gestión de vanguardia aprendidos en el extranjero —como la evaluación de la ciudadanía— a una nave como el Conde Duque. Sin embargo, desde la llegada del nuevo equipo al Consistorio madrileño nunca hubo buena relación. Según las fuentes cercanas a los directores despedidos, nunca fueron atendidos por el equipo de Andrea Levy para plantearles las líneas de trabajo que pretendían desarrollar, a pesar de haber pedido cita. Nunca les respondieron.
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