La rambla del Raval muda de piel 20 años después de abrir el barrio
El gobierno de Ada Colau ha finalizado las obras de reurbanización que inició hace un año y medio con el objetivo de eliminar obstáculos y crear zonas de estancia y juego infantil
Casi 20 años después de inaugurarse como operación para esponjar la densa trama urbana de Ciutat Vella, la Rambla del Raval, uno de los pocos espacios abiertos de la zona, ha cambiado la piel. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha finalizado las obras de reurbanización que inició hace un año y medio con el objetivo de eliminar obstáculos y crear zonas de estancia y juego infantil. Vecinificar, lo llamaba la edil de Ciutat Vella durante el mandato pasado, Gala Pin, en oposición al concepto de gentrificación, que echa a los autóctonos de sus barrios cuando se producen mejoras en el entorno.
La intervención también se ha extendido a las plazas de Vázquez Montalbán y Salvador Seguí, delante de la Filmoteca. En total, casi 20.000 metros cuadrados y una inversión de 1,3 millones de euros. El actual concejal del distrito, Jordi Rabassa, celebró ayer “devolver la Rambla del Raval a los vecinos, porque está en el centro del barrio y para que tenga un mayor uso vecinal, más cómoda, con el doble de espacio para juegos infantiles, un nuevo espacio para jóvenes, más bancos y zonas de estancia y mejor iluminación”. “No es una gran obra, sino cirugía para atender necesidades vecinales y mejorar también la conectividad”, resumió.
A la pregunta de si el nuevo diseño urbano —también se ha desplazado la escultura del gato de Botero— disminuirá el incivismo, el concejal explicó que habrá trabajo de mediación en la zona y confió en que no se produzca.
Para Ángel Cordero, miembro de Acció Raval, “todavía hace falta mucha renovación” para mejorar el barrio, pero el cambio puede ser muy positivo. “Tal y como estaba, la Rambla era un espacio muy cerrado. Ahora se ven más niños jugando y han puesto más bancos donde hacer vida de barrio”, explica Cordero, pero añade que la gran reivindicación sigue siendo que se creen más zonas verdes y equipamientos para jóvenes.
De momento, la reforma en la Rambla y los alrededores ha contentado a gran parte de las familias del Raval. “Mira qué bien, cariño, ¡ya han abierto el parque nuevo!”, decía ayer Sara a su hijo mientras este salía corriendo a jugar en el nuevo espacio infantil delante de la Filmoteca. “Como madre, estoy contentísima que hagan espacios así, ahora falta que se mantengan limpios para que los niños puedan jugar”, confiaba esta vecina del barrio. Al lado de su hijo, jugaba también este viernes la hija de Sergio. “Parques así siempre son bienvenidos, y más en un barrio como este donde no hay demasiados espacios abiertos”, aplaudía este vecino.
En la misma plaza Salvador Seguí, Elsa Sancho tomaba un café con unos compañeros del instituto. Estudiante de Bachillerato señalaba que la renovación hace que haya más luz y se sienta un poco más segura. La retirada de gran parte de la vegetación en los laterales de la Rambla también ha gustado a los comerciantes. “Está muy bien que lo hayan quitado, era un nido de porquería”, comenta Carme Causí, co-propietaria de una cafetería del principio de la Rambla.
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