Vecinos de la Sagrada Familia instan al Ayuntamiento a que aclare el futuro de sus pisos
La compra del solar barajado para reubicar a los afectados si prospera el proyecto del templo de crecer por la calle de Mallorca dispara las alarmas
Las familias que viven o trabajan en el entorno de la Sagrada Familia, entre las calles de Mallorca y Aragò, instan al Ayuntamiento de Barcelona a que aclare los planes que hay en relación con la expansión del templo más allá de la manzana que ocupa. La compra de un solar por parte de la Junta Constructora a la Sociedad General de Aguas de Barcelona, eternamente barajado para la reubicación de los que perderían sus pisos si se consuma el crecimiento de la Sagrada Familia por la calle de Mallorca, ha disparado las alarmas de los afectados.
“El Ayuntamiento se comprometió hace meses en abrir una comisión para debatir la segunda fase del proyecto que quiere impulsar el templo y que comporta que derriben decenas de pisos y negocios. Dijeron que se haría este otoño y no tenemos noticia alguna. No hemos sido convocados a nada. Mientras, el templo sigue con sus planes y ha comprado el solar. Lo único que sabemos es que el Ayuntamiento no ha entregado los expedientes de la licencia y del Plan Especial que le ha pedido el Tribunal Superior”, explica Salvador Barroso, uno de los responsables de la Asociación de Vecinos Afectados por la Construcción de la Sagrada Familia.
La asociación, que aglutina a unas 350 personas que viven o tienen negocios en las dos manzanas que estarían comprometidas, recurrió la concesión de la licencia y el Plan Especial que regularizó las obras de la Sagrada Familia la pasada primavera. Los recursos, ante un juzgado contencioso por la concesión de la licencia y ante el Tribunal Superior contra el Plan Especial, fueron admitidos a trámite a mediados de septiembre. En ambos casos, se daba un plazo de 20 días al consistorio para aportar los expedientes administrativos.
Para los vecinos del entorno, la compra del solar, actualmente calificado de equipamiento, es una clara señal de que la Junta Constructora sigue dando pasos encaminados a lograr su objetivo. Portavoces de la Sagrada Familia ni lo confirman ni lo desmienten y ayer se limitaron a precisar que la adquisición del solar era para “reservarlo como almacén de obra”. Las dos edificaciones existentes, ambas antiguos almacenes de la Sociedad General de Aguas de Barcelona, llevan tiempo ya en completo desuso.
El precio pagado por el solar de unos 5.000 metros cuadrados en una zona céntrica del Eixample fue el de “mercado”, puntualizaron desde la Sagrada Familia. Una cifra que estaría por encima de los 20 millones de euros, según la valoración que se hizo en el mandato de Xavier Trias. O la que este viernes señalaba la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, cuando fue preguntada por la operación de compra de la que dijo estar al corriente. Sanz justificó por qué el consistorio descartó hacerse con el citado solar para destinarlo a equipamientos necesarios para el barrio: “se trata de un coste muy alto y la ciudad tiene que ver qué es factible" y puntualizaba que había otras piezas que se ajustaban más a las necesidades.
En relación con la compra del solar por parte de la Junta Constructora, la edil admitió que la conocían. Concretó que el proceso de debate sobre el proyecto expansivo del templo, que se comprometieron a ponerlo en marcha este otoño, se iniciará “en los primeros meses de 2020”. Será, aclaró, un debate de modelo de ciudad “y tambien de territorio y de proximidad”. No lo ven así desde la Asociación de Vecinos: “Harán como hicieron con el Plan Especial, no convocarnos hasta el final, cuando ya lo tienen todo decidido con la Sagrada Familia”, apuntaba Joan Itxaso, portavoz de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.