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La fábula del árbol de la vida de Ana Juan

La ilustradora y artista española expone 'Todo y parte', una obra compuesta por 47 piezas que cuentan historias sobre la fragilidad del mundo

Ana Juan posa con su obra.
Ana Juan posa con su obra.JOSÉ RAMÓN CUESTA

El árbol de la vida tiene 47 partes o capítulos que a su vez contienen múltiples historias. Su frondosidad del pasado, del presente y del futuro pende de unos dientes. Un gran árbol —de dos metros por dos— convertido en un puzle. Las 47 piezas están separadas por escasos centímetros, como en un tiempo congelado pero que parecen ir en expansión. Cada pieza es individual y a su vez dependiente de las que la rodean en una analogía vital: “La individualidad como parte de un todo inalcanzable e inabarcable”, describe la artista Ana Juan (Valencia, 58 años).

En una rama un mono sostiene delante de sus ojos un huevo que acaba de coger de un nido. En otra, más delgada, dos ranas se besan. Al otro lado del árbol, una serpiente enflorada se entreteje. Y en el tronco, de donde crece toda la vida del árbol, acecha la destrucción que nadie ve —o que nadie quiere ver—: dos castores incesantes provocan que la copa empiece a tambalearse.

Es una fábula que “nos recuerda la fragilidad de esta aventura que es la vida; desde el humor y la muerte, la crueldad y el amor”, resume Ana Juan su original y sugerente obra Todo y parte. Una colección de dibujos —hechos con grafito acuarelable sobre papel de bambú montado sobre bastidor— acompañados con pequeñas esculturas y relieves en resina salidos del árbol. También es la mirada de una de las ilustradoras y artistas más relevantes de España.

Soy dibujante, es lo que más me gusta”, sintetiza Ana Juan delante su obra colgada sobre una pared blanca —blanquísima—, con la que se mimetizan las 47 piezas-capítulos de su obra. “El dibujo es el lenguaje con el cual me comunico; me hace independiente. El dibujo es la casa donde vivo y a través de sus ventanas veo el mundo. Es el bote a la deriva que me ha salvado de innumerables naufragios”.

Ana Juan viaja con sus trabajos desde la belleza hasta la tragedia. Son icónicas sus portadas para revistas como The New Yorker. Ella fue la autora de dos que se pueden considerar clave en este siglo. Una en 2011 que conmemoraba el décimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas ocurrido el 11 de septiembre de 2001. La otra, en 2015, titulada Solidarité, después de los atentados a la revista satírica francesa Charlie Hebdo. Ana Juan dibujó una Torre Eiffel que se eleva sobre una tormenta de arena rojiza. La punta del monumento parisiense es un lápiz.

Todo y parte tiene resonancias de El jardín de las delicias, de El Bosco, al reflejar un mundo rebosante de naturaleza y vida donde cada rincón esconde submundos que no siempre son lógicos sino que se mueven también entre lo inquietante y lo sugerente. Aparecen llenos de fantasía y fábulas en un diálogo perpetuo: los trabajos hablan de mil historias y alertan de otras más. Llevan al espectador a convertirse en su propio Sherezade.

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Todo y parte llega a pocas semanas de que Madrid acoja la Cumbre del Cambio Climático, que se celebra del 2 al 13 de diciembre. Porque la naturaleza y el ciclo de la vida están presentes en esta gran obra. También la emergencia climática y ambiental. Ana Juan alerta de la fragilidad de la Tierra. En Todo y parte, pequeñas esculturas de mariposas, escarabajos y caracoles abandonan el árbol que da vida a todos los seres de su obra. Lo hacen exiliados, en busca de prolongar la vida en otro lugar.

Todo y parte mantiene esa exploración, ya iniciada, de Ana Juan por utilizar formatos innovadores. Así lo hizo en 2017 con Ana Juan. Dibujando al otro lado, una muestra interactiva en el Museo ABC de Madrid. En ella integró en sus trabajos diferentes tecnologías como la realidad virtual y el videojuego, otorgando una nueva dimensión a sus trazos.

En esa ocasión, reunió más de un centenar de dibujos y bocetos originales de uno de sus libros más exitosos: Snowhite (Ediciones de Ponent, 2001). También sus ilustraciones para Otra vuelta de tuerca, de Henry James (Galaxia Gutemberg, 2013). Además, ha recreado el universo de Stephen King ilustrando El hombre del traje negro (Nórdica, 2002); es autora de libros infantiles, como Frida y The Night Eater (premio Ezra Jacks Keats, 2004, EE UU), o ha ideado el álbum Amantes (Edelvives, 2002), fruto del intento de plasmar en imágenes un momento de amor entre dos personas.

En Todo y parte confluye buena parte de su universo artístico e intelectual que en este puzle muestra: casi en la copa del árbol, aparece un buho con los ojos cerrados, unas alas de pájaro de donde emerge la cara de una mujer, una rama que se bifurca en forma de mano que se ofrece a todos…

Todo y parte. Exposición de Ana Juan en La Factoría de Papel, calle Buenavista, 8-Madrid. Hasta finales de diciembre de 2019.

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