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ELECCIONES GENERALES
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El independentismo sube y sigue ahí

Los resultados electorales complican el cambio de estrategia de ERC y la convocatoria electoral anticipada en Cataluña

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, interviene por videoconferencia en un acto de la campaña electoral. En vídeo, declaraciones de Puigdemont tras los resultados de las elecciones generales.
Francesc Valls

Erraron quienes pensaban que las quemas de contenedores y la violencia callejera tras la sentencia condenatoria de los líderes independentistas haría que las gentes de orden del soberanismo catalán diesen un paso atrás y reconsiderasen su voto. También se equivocaban quienes abogaron por una nueva convocatoria electoral con el cálculo de que el independentismo dejaría de tener la llave de la mayoría. Quizás había, en definitiva, quien esperaba que en un abrir y cerrar de ojos el suflé soberanista catalán habría bajado. Pues bien, nada de eso ha sucedido. El independentismo se ha quedado a dos escaños de obtener la mayoría absoluta en unas elecciones generales.

Respecto a las elecciones del pasado 28 de abril, Esquerra ha perdido dos diputados —ha pasado de 15 a 13—, pero los puigdemontistas de Junts per Catalunya han pasado de 7 a 8, mientras que la CUP irrumpe con dos actas en el Congreso. El independentismo ha logrado 23 diputados de los 25 que le hubieran dado la mayoría absoluta en número de escaños. Para los amantes del cálculo plebiscitario, si en los comicios del 28-A el secesionismo obtuvo el 39,4% de los votos, en las elecciones del 10-N está en el 42,5%.

Los resultados, sin embargo, complican el cambio de estrategia ensayado y enunciado tímidamente por Esquerra y consistente en abrirse a otros sectores no independentistas, con el consiguiente descarte del secesionismo-exprés. La subida de JxCat y la irrupción de la CUP contribuyen a que continúe el peculiar chicken game del procesismo. Con los postconvergentes y los anticapitalistas erigidos en guardianes de las esencias, nadie en Esquerra se atreverá a traicionar la república de las apariencias que Puigdemont proclamó. La convocatoria electoral acariciada por el partido de Oriol Junqueras se antoja más lejana, a lo que también contribuye el nuevo reparto de escaños en el seno del independentismo, que ha reforzado a JxCat.

ERC lo tendrá mucho más difícil, por la misma regla de tres, para facilitar la investidura del socialista Pedro Sánchez. Las cifras vuelven a convertir a los republicanos en uno de los árbitros de la situación política en el Congreso, bajo vigilancia de JxCat y la CUP.

En el ámbito del no independentismo, el Partit dels Socialistes mantiene los resultados de las anteriores elecciones del 28-A y repite los 12 escaños entonces logrados. El PSC conserva su peso político para abonar la aplicación de la propuesta federalista del PSOE como salida para una Cataluña que parece abocada en las sucesivas convocatorias electorales al empate infinito entre independentistas y no independentistas. Por otra parte, Catalunya en Comú, con ligera tendencia a la baja, mantiene sus siete diputados: ha perdido uno en Barcelona, pero ha ganado otro por Girona.

Si el PSC y En Comú Podem repiten resultados, la situación en mucho más compleja en esa derecha plural que se ha encarnado en tripartito en diversas comunidades y ayuntamientos. La triple derecha ha logrado seis diputados en Cataluña —uno menos que el 28-A—, repartidos de forma hermanadamente equitativa en dos para cada una de las formaciones: PP, Vox y Ciudadanos.

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El gran batacazo político del 10-N se lo lleva Ciudadanos, que ha pasado de cinco a dos diputados. El partido de Albert Rivera, que ganó las elecciones catalanas, el 21 de diciembre de 2017, ha pasado a ser la última fuerza política en representación parlamentaria, por detrás de PP, la CUP y Vox.

Ciudadanos, que nació como respuesta al catalanismo, ha sido incapaz de contrarrestar al independentismo, la expresión más radical del nacionalismo. El Partido Popular, que ha tenido un magro resultado —ha doblado su representación con dos actas— lidera en número de votos a las formaciones de la derecha españolista. La convocatoria electoral del 10-N ha supuesto una práctica repetición del 28-A. Con sentencia o sin sentencia, todo sigue igual.

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