“Si no nos movilizamos, nos comen”
El valenciano Andrés Olaya es una de las cientos de personas con movilidad reducida que Cruz Roja traslada hoy para que ejerza su derecho a votar
El valenciano Andrés Olaya, de 62 años, cayó fulminado hace unos días por una afección intestinal aguda e ingresó de urgencia en el Hospital Doctor Peset de la capital. Hoy es una de las cientos de personas que Cruz Roja trasladará con un servicio de ambulancia gratuito hasta su colegio electoral para que ejerza su derecho al voto. Ya ha pasado lo más duro pero sigue internado y pese a todo ha querido ir a votar: “A ver si al final conseguimos tener un Gobierno y la situación mejora. Si no nos movilizamos, nos comen”, defiende este autónomo poco amigo de los extremismos políticos.
Andrés, copropietario de un taller mecánico para camiones, se declara más de izquierdas: “No me da igual quien mande y quiero votar; es el único día que podemos decir algo, luego ellos se tendrán que poner de acuerdo. ¡Espero que se pongan de acuerdo!”, exclama dentro del vehículo de la ONG que lo conduce a su colegio electoral. A este autónomo le ha sentado fatal la convocatoria de nuevas elecciones porque han tenido tres oportunidades para ponerse de acuerdo y no lo han hecho. “Los políticos deberían ser un poco más nobles y no tener un ego tan grande. Yo lo hubiera hecho, no es tan difícil…”, conjetura.
María Amparo Dasí, voluntaria de Cruz Roja, le acompaña de vuelta al hospital, donde le esperan dos goteros todavía de antibióticos. Con 48 años, esta voluntaria lleva tres convocatorias electorales echando una mano para que personas con movilidad reducida puedan acudir a las urnas. La ONG ha recibido unas 214 peticiones en las tres provincias valencianas, un centenar menos que los que tuvieron en los comicios del pasado abril, explica una portavoz de la organización humanitaria.
Dasí lleva tres convocatorias electorales echando una mano para que personas con movilidad reducida puedan ejercer su derecho al voto. Lleva en pie desde temprano, se ha tomado su cafetito con otras compañeras y se ha subido al microbús para comenzar el servicio. “Hay gente que solicita el traslado con antelación pero llegado el día igual le han dado el alta médica o ha empeorado y no puede salir, o no lleva el DNI, o sencillamente decide no ir a última hora”, enumera. Con nueve años de voluntaria, Ángeles Moreno rememora alguna anécdota de otras citas electorales, como la de las pasadas elecciones del 28-A, cuando llevaron a un señor mayor para votar a un colegio electoral del municipio de Foios y allí estaba su hija, de un partido político determinado: “La hija le dijo que votara a ese partido y el padre le contestó que tenía criterio propio. Se formó una trifulca divertida”.
En el local de Cruz Roja de Valencia, un antiguo colegio, Pedro Redón, vicepresidente de la organización humanitaria, ha diseñado nueve rutas para que los vehículos faciliten el derecho al voto a colectivos con dificultades, a enfermos como Andrés y muchos otros.
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