La patronal catalana pide a Torra que “lidere políticamente” la salida de la crisis
Incertidumbre entre el empresariado por la resolución del conflicto tras los disturbios de Barcelona
El pasado viernes, viendo la escalada de violencia en las calles a través del televisor de su casa —la noche con los peores incidentes—, un empresario padecía porque la firma de una inversión que tenía prevista para el lunes en Barcelona saltara también por los aires. No fue así, pero su enojo no ha pasado. “No tienen narices de afrontar los problemas”, afirmaba este martes, en referencia a los dirigentes políticos, en una acera de la Diagonal, resignado a “la imagen tocadísima” con la que se queda Barcelona.
Hay consternación entre la clase empresarial catalana y entre algunos de sus miembros, incluso cabreo. Y es creciente. Se lamentan las protestas violentas, pero también la descoordinación institucional a la hora de resolverlas. O que incluso desde el Govern haya diferentes discursos en función de la consejería de la que salgan.
Y, pese a algunas críticas a la fugaz visita del lunes de Pedro Sánchez a Barcelona, gran parte de los focos apuntan a Quim Torra, el presidente de la Generalitat. “El problema de Sánchez es coyuntural, no puede hacer nada hasta después del 10-N, pero el de Torra es estructural”, señala otro directivo de una entidad financiera, muestra de cómo abundan las críticas al president por el vacío de poder que denuncian que hay en la Generalitat. De su tibieza en la condena de los altercados y que participara en las marchas convocadas como protesta. “Hasta que no se aparte Torra, que ni representa a la mayoría de los catalanes ni a la mayoría del independentismo, hay poco que hacer, pero también me preocupan mucho los efectos de la campaña electoral del 10-N”, apunta el economista Jordi Alberich.
El presidente de la principal patronal catalana, Foment del Treball, Josep Sánchez-Llibre rompió anoche ese discurso y lo hizo en público, cuando invitó al president a la Nit de l'Empresari, acto que convoca cada año la organización Cecot, muy influyente en la comarca industrial del Vallés, a “liderar políticamente la recuperación del prestigio de Cataluña” y la salida de la actual crisis.
Comerciantes y empresarios turísticos ya han denunciado el impacto de las protestas en su actividad. El temor, ahora, es que los disturbios se cronifiquen y deriven en males mayores, a medio y largo plazo, en forma de paralización de inversiones. “De momento, no es comparable. Lo que sucedió en octubre y noviembre de 2017 fue una parada en seco; no tengo la misma percepción ahora”, señala el directivo catalán de una cotizada española. Otro empresario consultado no descarta, sin embargo, perjuicios similares: “En 2017 preocupaba el equilibrio institucional, ahora tenemos un peligro de seguridad en la calle; nunca habíamos hablado de eso”. “Estoy tristísimo. Costó mucho poner a esta ciudad a jugar la Champions y ahora estamos a punto de perder la categoría”, se lamenta Enrique Lacalle, veterano dirigente de instituciones económicas barcelonesas. “Ya hace mucho tiempo que falta altura política y buenos gobernantes, más a un lado que al otro”, remacha.
Diagnósticos hay mil, pero flota una pregunta que nadie sabe responder. “¿Cómo salimos de esta situación?”. Uno de los directivos consultados se abona al “sit and talk” —siéntate y habla, en castellano— que el lunes reclamaban los manifestantes concentrados ante la Delegación del Gobierno en Cataluña. Otro empresario dice haber recibido la petición desde al menos dos consejerías de la Generalitat para que el empresariado presione al Gobierno a fin de reabrir la vía del diálogo.
En un manifiesto inédito por la unidad que representa, las patronales Foment del Treball y Pimec y los sindicatos CC OO y UGT se pusieron de acuerdo en reclamar diálogo. E incluyeron en ese texto una ligera mención “a los condenados con penas de prisión”, para quienes se reclamaban “soluciones”. Este martes, en el acto de Cecot —meramente empresarial— se pudieron escuchar gritos de “libertad” por parte de algunos de sus mil asistentes cuando el presidente de la organización, Antoni Abad, se refirió a los presos. En ese mismo acto, a falta de respuestas para la pregunta clave, Abad criticó el fallo del Tribunal Supremo y la negativa del Gobierno central a negociar. “El Estado decepciona”. Y volvía a la cuestión capital: “Política, ¿que nos proponéis?”. Torra reiteró en el acto que “nunca” se levantará de la mesa de diálogo.
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