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Torra condena la violencia e insiste en defender el “derecho a la autodeterminación”

El 'president' insiste en una reunión con Pedro Sánchez para iniciar "un diálogo sin condiciones"

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante la reunión semanal del Govern. En vídeo, declaraciones de Torra.Vídeo: EFE | EPV
Camilo S. Baquero

Durante los momentos más difíciles de las manifestaciones en rechazo a la sentencia del procés, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, evitó responder preguntas a la prensa. El mutismo acabó ayer con una comparecencia tras la reunión semanal del Ejecutivo catalán en la que Torra explicó un acuerdo de Govern en el que se plasma el rechazo al fallo pero también se condena la violencia y se insiste en un diálogo “sin condiciones” con el presidente en funciones Pedro Sánchez.

El rechazo “expreso y contundente” a los altercados violentos que se han vivido en varias ciudades catalanes —a la par que las multitudinarias manifestaciones pacíficas— era una de las condiciones que Sánchez había puesto al president para cogerle el teléfono. Torra mostró ayer su disgusto ante la insistencia de La Moncloa sobre este punto. “Yo no puedo seguir cada día con esta pregunta. Es solo una excusa. El problema es abordar el conflicto político que hay en Cataluña”, sostuvo.

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En el texto aprobado, el Govern “se reitera la condena a todos los actos de violencia que se han producido. Así mismo traslada su afecto a todas las personas heridas, a las cuales desea una pronta recuperación”. También insta al Gobierno central a “comenzar un diálogo sin condiciones”, en el que el Ejecutivo catalán “defenderá el ejercicio del derecho a la autodeterminación”. Es decir, exactamente el mismo escenario que hizo que el acercamiento se encallara el pasado febrero.

La condena de las escenas de vandalismo, coches ardiendo y destrozos en comercios durante los brotes violentos ha atragantado a Torra y al Govern. Para ellos hacer una condena era equivalente a comprar “el relato del Gobierno” que, creen, busca con ahínco vincular al independentismo con la violencia. La contundencia de los hechos —más de 590 atendidos por los servicios de emergencias hasta anteayer y daños en el mobiliario urbano de Barcelona por 2,7 millones de euros— obligó a un goteo de mensajes intentando desmarcarse de los ataques.

De hecho, el vicepresidente Pere Aragonès se avanzó a Torra: “Alejémonos de todas las actitudes violentas y depuremos las acciones no justificadas”, tuiteó el martes, tras la segunda noche de altercados. Tres días después, el jueves, Torra se vió obligado a emitir un mensaje institucional. “No se pueden permitir los incidentes que estamos viendo en las calles de nuestro país. No hay razón ni justificación para quemar coches”, aseguró el president.

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Negación de la crisis

Esta diferencia de criterio, incluso las informaciones que señalaban que Aragonès y la vicepresidenta en funciones Carmen Calvo, añadió más dudas sobre la cohesión del Govern. Torra intentó cerrar ayer este debate y dijo que está al tanto del contenido de esos contactos. “Esto no abre ninguna crisis”, dijo.

La puesta por escrito de esa condena a la violencia llega justamente después de que varios de los condenados por al juicio al procés criticaran con más vehemencia las prácticas violentas paralelas a las concentraciones pacíficas. Pero también justo en el momento en que el independentismo más movilizado que parece justificar los altercados como una consecuencia lógica de los años de frustración del procés.

Con todo, el Torra presidente y el Torra activista siguen siendo perfectamente conscientes que pisan un terreno inestable. De ahí que ayer evitó explicar, a preguntas de periodistas, qué es para él violencia. Con todo, al tener el acuerdo de Govern en la mano, Torra cree que que puede pasarle la presión al Gobierno porque considera que neutraliza su principal argumento no cogerle el teléfono. “El que ha quedado mal es Sánchez, porque no asume su responsabilidad, por esconderse”, dijo. “Que nadie piense que prohibirá nunca a este país que se siga avanzando en la línea que la ciudadanía quiere”, remachó.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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