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Protesta vecinal en Puente de Vallecas tras la reyerta entre bandas

La manifestación reivindica la degradación que sufre el barrio por la violencia, el narcotráfico y la explotación sexual

Vecinos de Puente de Vallecas leen el manifiesto de repulsa a la violencia durante la concentración.
Vecinos de Puente de Vallecas leen el manifiesto de repulsa a la violencia durante la concentración.Julia F. Cadenas

Más de un centenar de vecinos de Vallecas se concentraron este jueves por la tarde en la Plaza Vieja de Puente de Vallecas para denunciar la degradación que sufre su barrio. Lo achacan a las bandas violentas, al narcotráfico y a la explotación sexual. Esta protesta ocurre tres días después de que jóvenes de dos pandillas violentas protagonizaran en plena calle una reyerta a balazos y machetazos. El resultado: siete heridos, cuatro de ellos graves y, de momento, cuatro detenidos de los cuales la fiscalía pide prisión incondicional sin fianza para tres de ellos.

Según Gonzalo Herbert de la plataforma Vallekas Nuestro, una de las asociaciones que convocaron la concentración, la reyerta del lunes no es un hecho aislado. “Vallecas no es un barrio violento, pero falta inversión para mejorarlo, falta actitud política”, explica. Los vecinos se sienten discriminados por las autoridades públicas. No hay planes de integración en los colegios e institutos públicos, hay casas de apuestas concentrados en la misma calle —como los de la Albufera—, hay cientos de pisos abandonados “por la especulación de bancos y de fondos de inversión”. Se quejan de que los barrios más humildes de Madrid no consiguen la misma atención por parte de los políticos que otros más pujantes.

La concentración acabó con la lectura de un manifiesto al grito de “Vallecas pide dignidad”. El documento, que ha reclamado comunidad y convivencia, ha hecho foco en que las bandas que operan en el distrito están vinculadas al tráfico de drogas y a la prostitución, y forman parte de redes internacionales mucho más grandes “cuyos últimos tentáculos se visibilizan en los barrios del sur”. Además “cuenta con la permisividad de las instituciones”. Según los organizadores, se trata de una estrategia para degradar el barrio, “sacar a los vecinos y construir viviendas de lujo y turísticas”.

“Tienen mucha razón, a mi me ha gustado lo que han dicho”, comenta Paloma, jubilada, a su grupo de amigas. “Este es un barrio de mucha tradición de gente obrera, combativo y solidario”, añade su compañera Sandra, de su quinta. “Falta inversión, no más policía”, añade. Sin embargo, a pesar de la inseguridad con la que dicen convivir, no se van. “Es nuestro barrio, de aquí no nos sacan”.

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